Fiel a la tradición, el primer fin de semana de julio la Pobla de Segur (Pallars Jussà) ha vuelto a revivir el antiguo transporte fluvial de la madera por la Noguera Pallaresa. Una veintena de 'raiers' con cuatro embarcaciones de más de quince metros han bajado los cerca de seis kilómetros que separan la presa de Llania y el puente del Claverol. Este año se celebra que hace cuarenta años que un grupo de habitantes de la Pobla volvió a hacer bajar a los rais por el río como antiguamente, con el objetivo de recuperar la memoria histórica y poner en valor el oficio de maderero en el Pirineo catalán. El presidente de la Asociación Cultural de 'Raiers' de la Noguera Pallaresa, Eduard Bastús, ha destacado que se trata de una edición muy especial porque llega a los 40 años y ha celebrado que la bajada está asegurada porque desde pequeños conocen la tradición y las nuevas generaciones se siguen implicando mucho. Bastús ha celebrado que cada vez más, la fiesta atraiga a espectadores procedentes de todo Catalunya y también del resto del Estado.

Algunos de los visitantes que han querido ver esta tradición en primera persona han sido Enric Guilera, que ha venido de Sant Cugat con su mujer y una pareja de amigos y celebra que en la Pobla conserven las tradiciones porque si no, se pueden perder. Laura Motrel y Raul Rico vienen de Madrid y explican que han venido por primera vez en la Pobla de Segur porque la cuñada de la chica vive en la Pobla. Se han querido poner tanto en el papel que se han vestido como los raiers y destacan que es "espectacular" que se conserven estas tradiciones para mantener la historia.

Históricamente los madereros construían embarcaciones hechas de troncos y las conducían río abajo para transportar la madera desde los bosques del Pirineo hasta llegar al mar al sur de Catalunya. En los años 30 del siglo pasado, sin embargo, la construcción de presas y la mejora de las infraestructuras hicieron más rentable el transporte por carretera y condenaron el oficio a la desaparición.

Para conmemorar el 40º aniversario, durante el sábado se hizo un mural conmemorativo de los raiers en el polideportivo y este domingo ha tenido lugar el acto central de la fiesta con la bajada de balsas. Las embarcaciones han salido a las 11.30h de la presa de Llania y han empezado a llegar a las 13h al puente de Claverol. Durante todo el trayecto, centenares de personas les han recibido con gritos de ánimo y aplausos.

Un mes antes de la fiesta los madereros van a buscar en el bosque las vilortas de abedul para atar los troncos y tener las embarcaciones listas para la bajada. Lo hacen siguiendo el mismo método que utilizaban los raiers auténticos que se dedicaron durante siglos a esta profesión. Desde la asociación organizadora se quiere dar una visión global del oficio, desde que se cortaban los árboles en el bosque hasta que la madera llegaba a las aserradoras de destino, pasando por el arrastre y la ligadura de los troncos.

Durante el descenso los madereros siguen la tradición de dirigir la embarcación a la derecha y a la izquierda llamando a los pueblos de Sossís y la Pobla, que quedan a ambos lados del río. Además, la balsa no lleva ni freno ni acelerador, sino que sigue la velocidad del agua.

A finales de los años 70 se impulsó la fiesta para conmemorar este antiguo oficio que actualmente también tiene un espacio museístico propio en la Pobla de Segur. El día fuerte siempre es el domingo con la bajada de las embarcaciones por el río Noguera Pallaresa, pero desde el viernes se organizaron varias actividades relacionadas con el oficio de raier, el mundo de la madera y el agua y comidas populares vinculadas a la gastronomía pirenaica, con actuaciones musicales y teatrales.

Este año, la fiesta de los madereros empezó el viernes con la corte del pino, la girellada popular (degustación de girella, embutido de cordero típico de la zona) y los bailes y danzas de los raiers. El sábado fue el turno del Espardenyada, una caminata popular que acaba con un buen desayuno para todos los participantes. En el Espai Raier, se han hecho visitas guiadas y se ha inaugurado la exposición fotográfica Els raiers de Nargó.

Con el conseller Puig

También el sábado se hizo el acto de entrega la Ganxa d'Or al conseller Lluís Puig, exiliado en Bruselas, en reconocimiento al apoyo que siempre ha dado a los raiers, a la festividad y a la promoción de la tradición maderera en general. Las seiscientas personas presentes en el acto profirieron gritos de "libertad, libertad" en el momento de la entrega. La sala estaba presidida por un lazo amarillo. Lluís Puig ha agradecido el detalle con un tuit.