La Universitat de Barcelona (UB) concede este miércoles los premios del Consejo Social y de la Fundació Bosch i Gimpera a investigaciones innovadoras en diferentes ámbitos. Uno de ellos, el premio Ramon Margalef (al mejor artículo publicado en una revista reconocida derivado de una tesis doctoral en el ámbito de las ciencias experimentales y de la salud) ha recaído en la cardióloga Begoña Benito, por una revolucionaria investigación sobre el deporte. Benito ha obtenido este galardón por una publicación que fue muy controvertida, pero que ahora se ha aceptado plenamente.

La doctora Benito recibía pacientes con arritmias que no respondían al perfil típico de un adulto sedentario; se trataba de personas jóvenes y muy aficionadas al deporte, y empezó a intuir una relación entre el exceso de deporte y las arritmias. Dedicó 10 años a demostrarlo. En el apartado central de la investigación se centró en entrenar a ratas con periodos de ejercicio intenso de 16 semanas (que vendrían a ser 10 años para un humano). Estas ratas demostraron índices de fibrosis cardiaca muy superior a las ratas que no hacían ejercicio excesivo. Y más tarde se pudo demostrar que las ratas "deportistas" eran mucho más susceptibles de tener arritmias. A partir de estos estudios, estas tesis con los años se han podido extrapolar a humanos que han pasado mucho años practicando deporte de forma intensa hasta situaciones extenuantes. A pesar de todo, Benito quiere dejar claro que el ejercicio es saludable, en muchos aspectos, en dosis moderadas.

Hacer llegar la ciencia a la calle

Con estos premios, el Consell Social de la UB y la FundacióBosch i Gimpera intentan estimular la transferencia de los conocimientos académicos a la sociedad. El Consell Social ofrece cada año los premios José Manuel Blecua y Ramon Margalef, para artículos surgidos de tesis que hayan tenido mucho impacto . Y la Fundación libra el Premio Senén Vilaró a la mejor empresa innovadora, y dos premios Antoni Caparrós a los mejores proyectos de transferencia de conocimiento, uno en el ámbito de las ciencias puras y el otro en el de las humanidades. Todos ellos cuentan con una dotación de 5.000 euros, excepto el Senén Vilaró, que la tiene de 10.000. Guillem Anglada Escudé, doctor en Física por la Universitat de Barcelona y profesor de Astrofísica en la Universidad Queen Mary de Londres, que realizará el parlamento en la ceremonia de entrega de los premios, ha dejado muy claro que la universidad se tiene que replantear con urgencia su relación con la sociedad. Considera que el cuestionamiento del cambio climático y las resistencias a la vacunación son síntomas de un malestar social generalizado derivado de la eliminación del pensamiento crítico. Anglada ha reivindicado la necesidad de que la ciencia haga un esfuerzo por explicarse a los no iniciados, y ha tenido palabras duras para la comunidad científica, a la que ha acusado de ser muy reticente a hacer divulgación, por miedo a la banalización.

Premiats Consell Social foto ub

De izquierda a derecha: Teresa Tarragó (Iproteos), F. Javier Luque, Maria Yubero, Guillem Anglada, Begoña Benito y Narcís Prat. Foto: UB.

Salvar los ríos entre todos

El galardón Antoni Caparrós de humanidades ha recaído en el proyecto del Grupo de Investigación Feshwater Ecology and Management (FEM), dirigido por el profesor de Ecología Narcís Prat. Se trata del proyecto RiuNet, que se articula con una app para que la gente valore la calidad de agua de los ríos mediante el estándar de valores establecido por la ACA (la Agencia Catalana del Agua). Cualquiera que tenga el app puede hacer una evaluación, que será validada posteriormente por el equipo científico. De esta forma, todo el mundo puede ser colaborador en la vigilancia del medio ambiente. Así, se puede mejorar el control de la calidad de los ríos mediante la colaboración ciudadana. De momento hay 200 puntos controlados en Catalunya y unos 50 en el resto del Estado español. Los resultados no son muy satisfactorios. Según datos de la propia ACA, el 55% de los ríos no cumplen lo que establecen las directrices europeas. "El Besós no es un río, es un vertedero de aguas residuales", ha aclarado Prat.

La universidad y las farmacéuticas

La UB también ha querido conceder dos premios a proyectos relacionados con el mundo de la salud, consciente de que falta un puente entre las investigaciones universitarias y las industrias farmacéuticas. Javier Luque ha ganado el premio Antoni Caparrós de ciencia por el desarrollo de un software para mejorar los fármacos. Se trata de una investigación realizada mediante la empresa Pharmacelera. El premio Senén Vilaró a la mejor empresa innovadora ha recaído en Iproteos, una spin-off participada por la UB y por Caixa Capital Risc, creada en 2012 en el Parc Científic de la UB. En la actualidad tiene 10 trabajadores, pero actúa con una gran red de empresas y colaboradores ubicados en muchos países. Teresa Tarragó, cofundadora de la empresa, explica que la sociedad intenta encontrar fármacos para curar enfermedades que todavía no tienen tratamiento. En la actualidad se centran en los péptidos, los que creen que son "los fármacos del futuro". El proyecto que tienen más adelantado es el del tratamiento de la esquizofrenia, que ha tenido muy buen resultado en animales y que entrará en fase de prueba en pacientes en 2018. Pese a todo, Tarragó ha dejado bien claro que Iproteos no verá el final del proceso, la comercialización del medicamento que han creado, porque no tendrán presupuesto para llegar hasta la fase definitiva de test en humanos. Confían en que alguna gran empresa farmacéutica compre el producto cuando esté más evolucionado.

Métodos cuantitativos al servicio de la arqueología

El premio José Manuel Blecua ha sido para Maria Yubero, una arqueóloga que ha preparado un programa para aplicar métodos cuantitativos a la arqueología. En su caso lo ha hecho en los yacimientos arqueológicos prehistóricos del río Besós, pero el método se podría usar en otros contextos. Maria Yubero ha reivindicado el uso de técnicas como el GPS para verificar teorías arqueológicas.