Los buenos datos, la no afectación negativa de la Covid-19 durante la Semana Santa y las medidas de precaución establecidas, abren la esperanza a celebrar un Sant Jordi, más o menos confinado. La consellera de Cultura, Àngels Ponsa, concluye: "No será el Sant Jordi del 2019, pero será mucho mejor que el del 2020, incluso de lo que se hizo el verano del año pasado. Será un Sant Jordi participativo, pero ordenado, no será masivo", en declaraciones a 'Aquí Cuní' de Ser Catalunya.

Así pues, la consellera asegura que "el sector valora muy positivamente el plan planteado". Un plan que ya se viene trabajando desde hace meses y se concretó el pasado mes de marzo con la colaboración de todo el Govern: "Contamos con los diferentes departamentos, Interior y Salut, con el visto bueno de todos. Será un Sant Jordi con pandemia, pero será un Sant Jordi. El entusiasmo que pone el sector es loable". Ponsa ha remarcado que detrás de cualquier decisión sobre restricciones condicionada al coronavirus "no hay ninguna ideología política" y se ha querido desmarcar, a grandes rasgos, de otras voces como la de la alcaldesa Ada Colau cuando ha criticado el confinamiento comarcal y ha defendido un metropolitano que, según la líder de los comunes, no se ha producido por "decisiones políticas".

¿Cómo será este Sant Jordi?

Este plan, como ya se puede palpar desde el lunes se ha marcado en un Sant Jordi semanal, en vez de centrarlo en el 23 de abril, perímetros dentro de los municipios donde se pueden poner las paradas, diferencia entre unos espacios y otros según el número de habitantes de cada ciudad y el refuerzo del sector y gremios especializados como la venta de rosas tan sólo aprobada a los floristas.

Otros aspectos a tener en cuenta son el horario, se podrán instalar paradas al aire libre entre las nueve de la mañana y las ocho de la noche. También para mañana se habilitarán 11 recintos al aire libre, acordados por el Procicat, perimetrados y con controles de acceso; las ventas también se podrán hacer en el interior de las librerías, con un 30% del aforo; y el personal especializado se encargará de controlar y garantizar que se cumplen las medidas de seguridad.

¿Dónde queda la cultura?

La cultura no ha podido cumplir su anhelo para entregarse de las restricciones. El gobierno trabajaba para que las entradas a espectáculos o conciertos permitieran salir fuera de la comarca y, de esta manera, de salvoconducto al perimetrage decretado a raíz del aumento de casos de covid-19 y la situación en las UCI. La consellera de Cultura, Àngels Ponsa, ha explicado que han hecho suya la demanda del sector y que han trasladado los argumentos de seguridad a Salud."No hemos conseguido tener el salvoconducto cultural para el confinamiento territorial, pero sí para el día a día". Ahora, con la eliminación del confinamiento comarcal se podrá cambiar la situación pero no para este Sant Jordi.

De todos modos, ha pedido adaptar las medidas a las condiciones de cada zona: "Es injusto tratar los territorios por igual. En un momento determinado las Terres de l'Ebre tenían unos niveles muy altos de expansión, después no... El objetivo principal de todos los sectores es erradicar esta pandemia y a veces no consigues todo lo que te gustaría". Y recuerda, a diferencia de otros lugares: "Hemos podido tener la cultura abierta durante muchos meses".