“¿Me habéis echado de menos, Barcelona?”, ha rugido Robbie Williams ante las 32.000 personas que se han acercado al RCDE Stadium de Cornellà para escucharlo en el único concierto de su BRITPOP Tour 2025 en España. “Esta noche es mi carta de amor al entretenimiento. El entretenimiento lo es todo. Este es el lugar para explorar una nueva realidad”, ha confesado Williams. En el escenario, dos pantallas gigantes han mostrado la portada de su nuevo disco, Britpop: un retrato del ilustre cantante con un diente menos y manchado por un chorro de pintura, como si fuese una protesta contra sí mismo. La escenografía ha estado decorada con decenas de versos extraídos de sus canciones, tanto las más recientes como sus grandes éxitos, y también de sus vulnerabilidades más profundas. En conjunto, una puesta en escena que sintetiza las virtudes y el talante gamberro de un artista inclasificable.

“Mi sueño es convertirme en el mejor showman del mundo. Si Michael Jackson se hacía llamar ‘el rey del pop’, ¡yo soy ‘el rey del entretenimiento’!”, ha exclamado Williams. El espectáculo ha comenzado con una serie de mensajes generados por inteligencia artificial. Figuras como John Lennon o Elvis Presley, quien ha aparecido rescatado de entre los muertos para expresar que “me habría gustado seguir vivo para ver a Robbie Williams en directo”. Solo posible gracias a la IA, herramienta que el mismo discurso ha criticado y reivindicado como incapaz de reemplazar la esencia humana, se ha referido a los nuevos formatos que transformarán las formas tradicionales de entretenimiento, incluido este mismo concierto. A continuación, ha hecho aparición Robbie rodeado de músicos y bailarinas, rompiendo el silencio con Rocket, una de las canciones más recientes de su nuevo trabajo que saldrá este otoño. El álbum Britpop es un homenaje a la escena musical británica de los años noventa y supone un retorno al sonido que marcó los inicios de la carrera de Robbie Williams tras su salida de Take That. Justo después, todo un clásico: Let Me Entertain You ha sonado como un himno, coreado con locura por un público entregado. Robbie ha jugado con la audiencia, y no se arrepiente. "Todo esto solo existe por vosotros. Sin vosotros, este show sería solo un tipo con problemas mentales saltando por el escenario”, ha reconocido, añadiendo que “¡me encanta ser famoso!”.

Let Me Entertain You ha sonado como un himno, coreado con locura por un público entregado. Robbie ha jugado con la audiencia, y no se arrepiente. "Todo esto solo existe por vosotros. Sin vosotros, este show sería solo un tipo con problemas mentales saltando por el escenario”

El magnetismo con el que Robbie Williams ha dominado el escenario sigue siendo el mismo que lo impulsó, con fanfarronería incluida, a convertirse en un auténtico icono de las décadas de 1990 y 2000. Ante miles de personas, el Williams que todos conocen ha mantenido intacta su ironía, así como la vulnerabilidad que siempre ha mostrado sin ningún tipo de vergüenza. Su presencia, energía y manera de actuar han tenido mucho de cabaret, un estilo que ha definido su trayectoria vital, rodeada de pompa y circunstancia, tal como él mismo recordaba al inicio del documental Better Man, dirigido por Michael Gracey y estrenado a principios de año.

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Robbie Williams ha actuado este sábado en el RCDE Stadium de Cornellà-El Prat dentro de su gira Britpop Tou / Foto: Joan Mateu Parra / ACN

Barcelona como corazón

El público ha vivido la noche con intensidad emocional. Ahren, llegado desde Alemania, ha admitido entre sonrisas que la actuación de Robbie fue la excusa perfecta para visitar Barcelona. También estaban Joel, un joven de veintitrés años, y su madre, Maite. Para ella, era su sexagésimo cumpleaños; para él, la primera vez que veía a Robbie en directo. “Lo escuchaba mucho cuando Joel era pequeño, a principios de los 2000, y de alguna forma él tiene mucho de Robbie: es fanfarrón, despreocupado y amable”, ha explicado. Madre e hijo han compartido el momento en una noche que ha sido “mucho más que un simple concierto”.

“Robbie representa la modernidad y la ruptura de moldes. Ha sabido enviar un mensaje de amor a la sociedad y alejarse del odio”, ha reconocido Arnau, un fan del cantante que confiesa que verlo en escena es una oportunidad para recordarlo para siempre. Lleva una camiseta del anterior concierto, celebrado en 2023 en el Palau Sant Jordi. “Es sincero y vulnerable, nosotros también lo somos. Quizá es el mejor embajador de esa verdad. Y del Reino Unido”, ha concluido.

Williams lo reconoce, el público le ha robado protagonismo, como Edgar, un asistente que ha cantado Come Undone en un cara a cara con el artista. Entre lágrimas, el chico ha dicho que era su canción favorita. Robbie le ha entregado el micrófono. “El show es tuyo, te lo has ganado”, ha sonreído. “Sois el mejor público hasta ahora. ¡Os lo diría aunque fuerais una mierda!”, ha añadido.

Los amigos de Williams

Una hora antes de que comenzara el espectáculo de Robbie Williams, el vocalista de The Lottery Winners, Thom Rylance, reconocía entre nervios y entusiasmo que era su primer concierto en Barcelona. “Hemos querido empezar por uno pequeño”, ha ironizado Rylance, quien, junto a Katie Lloyd al bajo, Robert Lally a la guitarra y Joe Singleton a la batería, han sido los teloneros de Williams. El exmiembro de Take That ha reiterado su fascinación por lo raro y lo diferente, quizá por eso los eligió para amenizar el preshow. Autoproclamados “la realeza de la neurodivergencia”, The Lottery Winners han tocado algunos de sus éxitos, como UFO, una dedicatoria a los compañeros de clase del vocalista que lo excluían por tener TDAH. “Llegaron a expulsarme de dos escuelas”, ha confesado. UFO fue, de hecho, la canción que convenció a Williams de convertirlos en sus teloneros.  A mitad del concierto del cantante británico, justo después de Rock DJ, que ha desatado la alegría de los asistentes, y Supreme, Rylance ha vuelto a escena para interpretar junto a Williams uno de sus éxitos, Better Man, el último sencillo de su álbum Sing When You're Winning de finales de 2001. En el escenario central Williams ha explicado que, al ver que Coldplay actuaba en Barcelona con un escenario C, él también quiso uno. Incluso pidió las pulseras luminosas para los asistentes, pero su mánager le detalló el coste. “Que se enciendan los móviles, y ya está”, ha ironizado. Y así ha sido. Cientos de luces encendidas han acompañado Relight My Fire, también presente en su película autobiográfica, un clásico de Take That cantado originalmente por Dan Hartman. “Tú deberías haberla cantado, recupérala”, ha clamado Rylance. Sin embargo, ha sido el público quien ha rescatado la canción, coreándola a pleno pulmón.

Con Millennium, el escenario se ha teñido de dorado mientras él aprovechaba para cambiarse de vestuario. Después ha llegado su versión de (Theme From) New York, New York, de Frank Sinatra. “Soy el chico del centro de la sala que canta y baila, aunque no se sepa la letra”, se ha referido Williams. Incluso se ha atrevido con Sweet Child O’ Mine, de Guns N’ Roses. “Acabo de clavar la audición para entrar en Guns N’ Roses. Si queréis echar a alguien, ya sabéis dónde estoy”, ha bromeado con cinismo, en una referencia a su pasado en Take That.

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Robbie Williams ha actuado este sábado en el RCDE Stadium de Cornellà-El Prat dentro de su gira Britpop Tou / Foto: Joan Mateu Parra / ACN

Un canto en familia

Williams ha confesado que su vida comenzó realmente cuando conoció a su esposa. Ahora tiene cuatro hijos: Teddy, Charlie, Coco y Beau. “Estaba perdido, con éxito pero vacío. Ellos no han salvado a la estrella del pop, han salvado a la persona. Mi familia no lo ha cambiado todo. Lo son todo”, ha sentenciado. Love My Life ha sido su agradecimiento, dedicándosela, con el corazón en la mano.

Incluso los técnicos, realizadores y cámaras han sonreído ante la energía de Robbie, quien tiene un magnetismo casi mágico, una habilidad poco común para hacer reír y emocionar a partes iguales. No esconde su fragilidad, ni su pasado oscuro, y quizá eso es lo que lo hace tan especial. O quizá aquel que fue. En una reconstrucción con IA, recupera a su yo adolescente, entusiasmado por formar parte de una boyband. La conversación imaginada conecta presente y pasado para demostrar el camino recorrido. Bueno, también ha sido excusa para reproches. "Eres el motivo por el que aún voy a terapia", ha acusado Williams a su yo juvenil.

Terapia o entretenimiento, Robbie Williams ha demostrado que es un superviviente del éxito y el público, una panda de amantes del alboroto dispuestos a acompañarlo. Un tándem sin fisuras

También ha recordado a su abuela, que tenía demencia y falleció, así como a su madre, también enferma, quien ya no recuerda quién es su hijo, y a su padre, con Parkinson. “Solía subir al escenario conmigo, pero ahora ya no puede ni levantarse de la cama”, ha lamentado. Por ese motivo, como suele decir su esposa, “no podemos garantizar el mañana, solo el ahora”. Un ahora, sin embargo, con consigna: debe ser entretenido. “Aún nos queda un largo camino juntos”, ha añadido.

Como gran final, Feel y Angels han cerrado el concierto con fuerza. El dandi pop ha vuelto a asumir su papel de mono de feria tal como él mismo se define, siempre dispuesto a subir al escenario para entretener a las masas. Terapia o entretenimiento, Robbie Williams ha demostrado que es un superviviente del éxito y el público, una panda de amantes del alboroto dispuestos a acompañarlo. Un tándem sin fisuras. “Hace años hice una pregunta. Esta noche la vuelvo a hacer: ¿os haréis mayores conmigo?”, ha preguntado Williams a su segunda familia. La audiencia ha respondido justo después, enloquecida. Larga vida al rey del espectáculo.