La Fundación Joan Miró y la Caixa han presentado hoy la séptima edición del Premio Joan Miró (que se convoca cada dos años). El jurado ha querido destacar a la artista india Nalini Malani por "su largo compromiso con los silenciados y los desposeídos de todas partes, especialmente con las mujeres, a través de un trabajo artístico complejo basado en instalaciones inmersivas y en una iconografía personal donde convergen el conocimiento profundo de las mitologías antiguas y la denuncia decidida de las injusticias contemporáneas". Malini recibirá los 70.000 euros del premio, otorgado por la Caixa, y esta se hará cargo de una exposición monográfica sobre el artista, que se inaugurará en el 2020 (y que más tarde se exhibirá en el Museo Serra Alves de Oporto). Será la primera vez que esta artista hace una exosición en el Estado español. En la última edición, este premio fue para el artista argelino Kader Attia, que organizó una exposición de claro carácter anticolonial.

Obra para la gente

Malani hace un arte muy contemporáneo, pero al mismo tiempo se preocupa de que el arte llegue al máximo de gente. Por eso ha explicado, en la presentación del premio, que ha incorporado el teatro a su obra, pero también la performance, la animación, las sombras chinas y la música, con el fin de llegar al máximo de gente. En sus obras recurre a la iluminación, el sonido y la imagen con el fin de conseguir sensaciones inmersivas. Tiene la voluntad de conectar con el arte más popular.

Miró fue mi faro

Nalini Malani, In Search of Vainshed Blood (En busca de la sangre desaparecida), 2012. Representación en vídeo monocanal, 11:24 min. Colección: Stedelijk Museum, Amsterdam. Foto: Nalini Malani.

Una admiradora de Miró

Malini conoció a Joan Miró, personalmente, en París, en 1974, y se quedó fascinada por su obra. No fue discípulo suya, porque cuando lo conoció, ella era estudiante y él ya era un artista muy reconocido. Pero asegura que la obra de Miró la marcó mucho, y que el pintor catalán fue "su faro". Afirma que copió parte del lenguaje artístico (y pone como ejemplo el uso de las superposiciones). Para Malini, Miró es un artista con un estilo muy oriental, muy asiático, en el que el predominio son las líneas verticales. Es por eso que se ha sentido especialmente emocionada por haber obtenido este premio.

Medeamaterial, 1993. Obra de teatro experimental en colaboración con Alaknanda Samarth, Goethe-Institut / Max Mueller Bhavan, Bombay. Foto: Nalini Malani.

Heredera de mayo del 68

Malini se instaló en París en 1970, cuando todavía estaba muy viva la huella de mayo del 68. Y estudió en la Sorbona, con destacados intelectuales de su época como Lévi-Strauss o Noam Chomsky. Fue con ellos que la joven Malini se implicó en muchas reivindicaciones que le marcarían la vida: la liberación sexual, la lucha contra las desigualdades... Muchas de sus obras girarían en torno a estas temáticas, u otras muy reivindicativas, como el feminismo, la ecología... Y después de 2008, también ha denunciado las políticas de Estados Unidos... Pero, además, por su origen sus obras también están muy vinculadas a la experiencia histórica india (la huella colonial ha sido analizada en su obra, también). Malani nació en Karachi en 1946, pero que tuvo que huir a Bombay en el momento de la independencia, y el drama de la partición entre la India y el Pakistán y la posterior carrera de armamento nuclear entre los dos países asiáticos le ha provocado una reflexión continua, que aparece en sus piezas. Algunas de sus obras versan sobre la sangre de los inocentes, los muertos en los disturbios de la partición, y otras vuelven al tema del drama nuclear. Últimamente, Malani también ha querido manifestar su oposición al movimiento hinduista, "que quiere uniformizar toda la India, un país donde antes había mucha tolerancia. Ya sabemos cómo es el fascismo", ha declarado con contundencia.

Nalini Malani, Ubu Roi, 2018. Instagram Notebooks, animación stop-motion monocanal, sonido. Foto: Nalini Malani.

Una exposición muy barcelonesa

Malani no había expuesto nunca en el Estado español, pero se ha mostrado decidida a organizar una gran exposición en la Fundación Miró en 2020. Ha adelantado que le encanta este edificio, y que le gustaría que cada espacio tuviera una obra especial, en la línea de montajes suyos anteriores (una especie de retrospectiva). Pero ha apuntado que le gustaría que estas obras no estuvieran aisladas, sino que fueran conectadas mediante poemas y fotografías, "como si fuera una novela". Marko Daniel, presidente de la Fundación Joan Miró ha aprovechado la ocasión para destacar que el arte de Malani es una herramienta para la paz (tal como lo había reivindicado repetidamente Joan Miró). Por su parte Elisa Durán, directora general adjunta de la Caixa, ha destacado el bagaje moral de la obra de Malani, y ha celebrado que, por fin, se pueda ver en esta ciudad.

 

Nalini Malani, In Search of Vainshed Blood (En busca de la sangre desaparecida), 2012. Vídeo / teatro de sombras de seis canales con pintura inversa sobre cinco cilindros, sonido. Vista de la instalación: Nalini Malani: The Rebellion of the Dead - Parte II (Nalini Malani: La rebelión de los muertos - segunda parte), Castello di Rivoli - Museo d'Arte Contemporanea, 2018. Foto: Castello di Rivoli - Museo d'Arte Contemporanea, Ranabir Das, Bombay. Colección: Burger Collection, Hong Kong.