El lunes 25 el Museu Marítim inaugurará la exposición permanente Catalunya allende los mares. Tres siglos de marina catalana, s. XVIII-XX y el espacio Les Sorres X. Un barco medieval. Con estos dos elementos, este museo culmina el procés de remodelación emprendido hace más de 5 años, con la rehabilitación del edificio y la renovación museográfica del conjunto de la instalación. Catalunya allende los mares es un recorrido por tres siglos de marina catalana y, sobre todo, por su proyección atlántica, en tanto que Les Sorres X muestra los restos encontrados de una barca medieval, la única que se conserva en el país. Con esta nueva museización salen a la luz algunas piezas excepcionales que habían estado encerradas em las reservas durante los últimos lustros. La presentación de estas colecciones tendrá lugar el lunes en las 12h30, y durante el resto de la jornada el público tendrá acceso libre a todo el museo (se puede aprovechar la ocasión para contemplar las dos exposiciones temporales, muy atractivas: Antoni Benages, el maestro que prometió el mar y Puerto, territorio de frontera).
Nouvelle description de la Fameuse Ville de Barcelone cappitalle de la province de Catalogne. Pintura al óleo. Fondo: Patrimonio mueble Museu Marítim de Barcelona. Fotografía: Museu Marítim de Barcelona.
Novedades notables
Enric Garcia, jefe del área de gestión de colecciones y del conocimiento del Museu Marítim, ha presentado la nueva colección a la prensa y ha explicado que el objetivo principal es que el visitante aprenda "pasándoselo bien" y que el paso por el museo no sea una áspera lección de historia. Por eso se opta por una historia con una visión humana, que se estructura en diferentes niveles, lo que permite una visita más profundizada para el público más experto, o más rápida para el simple curioso (que podrá optar por las audioguías). Algunas de las piezas incorporadas a la exposición permanente son de una inmensa vistosidad: desde el mascarón de proa del Mercado del Ninot (que representa a un adolescente que acaba de recibir el título de oficial de tercera) hasta una curiosa caja de madera compartimentada para el transporte de mercancías valiosas.
Una innovadora pieza pedagógica del XIX
Entre las piezas más vistosas se encuentra la reproducción de la fragata Barcelona. Se trata de la gran maqueta usada en la Escuela de Náutica de la catalana para impartir las clases prácticas de los futuros pilotos. Es una copia perfecta de un barco de la época (dicen que incluso los nudos hechos con hilos son idénticos a los nudos realizados con maromas en los buques reales). La utilizaban los jóvenes marineros, dirigidos por Sinibald Mas (el navegante abuelo del diplomático de mismo nombre). Dicen que cuando habían obtenido el título se les ofrecía la posibilidad de hacer las prácticas navegando como corsarios, bajo el mando experimentado de Mas. El primer vídeo de la exposición, de una gran espectacularidad, intenta ofrecer un punto épico a la visita del nuevo espacio que se cierra, obviamente, en la parte del museo más próxima en el mar, donde hay varias embarcaciones de época, visibles des de l'exterior.
La Blanca Aurora. Maria Parés. Fondo: Patrimonio mueble Museu Marítim de Barcelona. Fotografía: Pere de Prada.
De 1714 a la actualidad
La nueva museografía usa un guión cronológico para explicar los últimos tres siglos de la historia de la marina catalana. Se inicia con la participación catalana en el comercio ultramarino a partir de 1714... Incluye en este primer espacio un espectacular vídeo de introducción, un apartado dedicado al conocimiento náutico y a las técnicas de vela y un ámbito sobre las mercancías usadas con este comercio y sobre las rutas transatlánticas (con una mención especial al tráfico de esclavos). Este primer espacio está claramente diferenciado de un segundo ámbito reservado a la navegación a motor. El cambio tecnológico afectará a los barcos, pero también al puerto, a las dinámicas comerciales, al capital en el sector náutico... La exposición permanente tiene un gran apartado reservado a la Compañía Transatlántica y a su papel en las etapas finales de la aventura colonial española, y uno más discreto reservado a la Compañía Transmediterránea y las comunicaciones de proximidad. A través de este apartado se explica el papel de la navegación en las migraciones, en el comercio, en los contactos internacionales... La exposición se cierra con un vídeo a través del cual se quiere explicar cuál es hoy en día la relación entre la sociedad y el mar.
Detalle de la proa del Ictineo. Fotografía: Museu Marítim de Barcelona.
La aventura del catalán emprendedor
Catalunya allende los mares se presenta como un recorrido por los tres siglos de comercio ultramarino catalán. En el fondo recupera algunos de los tópicos de la historiografía tradicional, sobre el espíritu empresarial de los catalanes, y lo injerta con discursos muy contemporáneos, como el de las "oportunidades". Incorpora, de forma muy necesaria y muy digna, uno de los peores episodios de la marina catalana: su implicación en el tráfico de esclavos (con una pieza de gran interés: el cuadro Apresamiento escandaloso de la corbeta española Conchita). También cita de forma destacada la participación de la Compañía Trasatlántica en la empresa colonial. Pero mantiene un perfil menos crítico en muchos otros aspectos: se habría agradecido una mayor vinculación de la historia catalana con la historia global. Se utiliza la palabra "seguridad", para referirse a la hegemonía (aunque los catalanes se dedicaron al corso durante buena parte de este periodo). Y prácticamente no hay referencias al hecho colonial, como si el mercado americano estuviera abierto a los catalanes por propia decisión de las poblaciones de la zona. Sería bueno dejar claro que, a pesar de todo, el mar no es de todos.
Colección de modelos de barcos de vela de construcción catalana. Fotografía: Museu Marítim de Barcelona.
La Edad Media sale a la luz
Cuando se construía, cerca de Castelldefels, el canal olímpico para los Juegos Olímpicos de 1992, se encontró entre las marismas, un pecio. Los expertos constataron que se trataba de los restos de un barco medieval, lo cual le confería un valor excepcional, porque hay muy pocas piezas de este periodo. Se tuvo que practicar una excavación de urgencia con el fin de extraer los restos. Se trabajó durante 24 horas, en tres turnos, durante 10 días, con el fin de no destruir la pieza. Ahora, un cuarto de siglo más tarde, este vestigio excepcional del pasado, cedido por la Generalitat, se muestra en el Museu Marítim, como una de las piezas de mayor valor histórico (aunque quizás mucha gente no pueda apreciar su valor). Tras una tarea de restauración exhaustiva, los arqueólogos y restauradores han conseguir colocar un 80% de las maderas encontradas, que se mantienen en un sorprendente buen estado.
Les Sorres X. Foto: Museo Marítim.
Pieza medieval entre murallas medievales
Además de Catalunya allende los mares, el nuevo espacio expositivo incorpora un ámbito reservado a Les Sorres X, con su propio tratamiento museístico diferenciado. Les Sorres X es el décimo derrelicto (pero el único medieval) extraído de la zona pantanosa de Les Sorres (entre Gavà, Viladecans y Castelldefels). Es un pequeño barco de cabotaje con una estructura muy similar a la que se usó en los barcos de cabotaje catalanes hasta principios del siglo XX (por eso se presenta el pecio acompañado de un par de barcos ´más modernos similares). En realidad, esta nave medieval era muy sólida, y los especialistas no entienden porque fue abandonada con su carga, porque no se encuentra el motivo del naufragio (especulan con la posibilidad de que fuera atacada). Por los restos asociados al derrelicto, se ha constatado que este barco llevaba, en grandes frascos de cerámica, atún, probablemente procedente de Andalucía. Los conservadores han decidido presentar estos restos lo más cerca posible de la muralla medieval que circunvala el museo, ya que mientras alguien construía estas murallas, alguien estaba comerciando o pescando con Les Sorres. Este espacio se ha ambientado con pinturas de temática marítima procedentes de pinturas de época y con textos de los clásicos de la literatura catalana referentes al mar.
Espacio expositivo Les Sorres X.
Barcelona deja de dar la espalda al mar
Con esta remodelación, el Museu Marítim consigue ampliar notablemente esta situación y consolidar una colección permanente que reivindica la historia marítima de Catalunya. La gran galera, la principal atracción de este museo, empieza a estar acompañada por una colección que ofrece una perspectiva más global y coherente. No es un intento globalizador de presentar, en un solo espacio, las relaciones entre Catalunya y el mar, sino que se compone de una serie de espacios fragmentados que ofrecen grandes perspectivas, como "Astilleros y galeras" o "7 barcos, 7 historias". El Museu Marítim mantiene así una colección permanente sólida que se complementa con un ambicioso programa de exposiciones temporales. En estos momentos se muestran dos exposiciones muy ambiciosas y con un gran éxito de público y crítica: Antoni Benages, el maestro que prometió el mar y Puerto, territorio de frontera. Enric Garcia, a pesar de todo, ya sueña en ampliar la colección y apunta que se debería exhibir una embarcación romana en el Museo Marítim. Advierte que un proyecto de estos no es cuestión de semanas ni de meses, sino de años, porque hace falta un proceso de restauración y museización muy complejo. Y no deja de soñar en recuperar los dioramas del viejo museo, de una gran belleza. Pero eso, obviamente, no será para mañana.
Foto de portada: Fragata Barcelona. Modelo de fragata mercante. Segunda mitad del siglo XIX. Fondo: Patrimonio mueble. Fotografía: Museu Marítim de Barcelona.