Ha muerto en los 74, en Nueva York, tras una larga enfermedad, la soprano afroamericana Jessye Norman. Una mujer que dedicó su vida a la música, desde la ópera hasta el gospel o el jazz.

Norman nació en una familia de músicos aficionados y estudió Música en la Universidad. A los 24 años debutó en el mundo de la ópera, en Berlín, con Tanhaüser de Wagner. Durante algunos años estuvo actuando, sobre todo, en Europa, con compañías alemanas e italianas, para después instalar-se en América. A lo largo de su carrera representó notables papeles femeninos, como la Aida de Verdi, la Madame Lidoine de los Diálogos de carmelitas de Poulenc, Carmen de Bizet, la Sieglinde de Las valkirias de Wagner o Judith de Barba Azul de Bartok. Pero también se dedicó a otros tipos de música clásica, como el lied.

A pesar de todo, Norman siempre tuvo mucha afición por otros tipos de música. Muy a menudo se dedicó a los espirituales y al jazz. Incluso colaboró con Cole Porter en alguna grabación. Fueron muy celebradas sus versiones del himno cristiano Amazing Grace (Gracia sublime).

Participó también en muchos actos públicos. En Francia Jessye Norman siempre será recordada por su intervención, en 1989, a los actos de conmemoración del 200 aniversario de la Revolución Francesa, donde hizo una espectacular interpretación de La Marsellesa.