Hacía mucho tiempo que Amos Oz figuraba como candidato al Premio Nobel. No lo obtendrá. Este escritor israelí, nacido en 1939, ha muerto sin haber recibido el principal premio literario del mundo. Y, a pesar de todo, fue distinguido con muchos reconocimientos internacionales, como el Premio Israel de Literatura, en 1998; el Premio Goethe, en el 2005, y el Premi Internacional Catalunya, en el 2010. Su obra ha sido traducida a más de 30 lenguas y Oz es reconocido como uno de los grandes intelectuales de nuestro tiempo. También era muy influyente como periodista.

Defensor de la reconciliación

Amos Oz es autor de numerosas novelas y libros de relatos, como El mismo mar y Mi Mikhael. También había escrito algunos libros para niños y jóvenes, como Una pantera en el sótano y La bicicleta de Sumkhi. En su autobiografía, Una historia de amor y de oscuridad, explicaba el suicidio de su madre y el cambio que le supuso, con su entrada en un kibutz, su implicación en la vida política de su país y su dedicación a la escritura. En Una historia de amor y de oscuridad, hacía referencia a tres generaciones de su familia y a través del texto reivindicaba el derecho de los palestinos y de los israelíes a tener su propio estado. Entre sus ensayos traducidos, se puede destacar Contra el fanatismo, un pequeño opúsculo que predica las virtudes de la tolerancia. En realidad, Oz fue un gran defensor del diálogo entre judíos y palestinos.