El cineasta norteamericano Joel Schumacher, director de películas como Batman Forever (1995) y Batman & Robin (1997), murió este lunes a los 80 años. El portal The Wrap, citando a su representante, aseguró que Schumacher sufría cáncer, mientras que la revista Variety detalló que murió en Nueva York. Además de estas dos cintas sobre Batman, que resultaron bastante polémicas dentro de las adaptaciones a la gran pantalla del superhéroe enmascarado, la filmografía de Schumacher destaca por otras conocidas películas como St Elmo 's Fire (1985), The Lost Boys (1987), Falling Down (1993).

La carrera de Schumacher empezó lejos de la cámara y de la silla de director. Antes, fue diseñador de vestuario en Sleeper (1973) o Interiores (1978), ambas de Woody Allen. El salto a la dirección lo dio gracias a la televisión con Virginia Hill (1974) y Amateur Night at the Dixie Bar and Grill (1979), antes de debutar en las salas con The Incredible Shrinking Woman (1981). Su primer éxito como realizador llegó con St Elmo 's Fire, una mirada generacional en un grupo de amigos camino de la vida adulta y en el reparto sobresalían unos jóvenes Rob Lowe o Demi Moore.

Y su confirmación vino de la mano de la vampírica The Lost Boys (1987), que mezclaba terror y comedia con Kiefer Sutherland. Una seña de identidad de Schumacher fue la variedad de sus títulos: podía pasar del terror de Flatliners (1990) al drama romántico de Dying Young (1991) contando para estas dos películas con Julia Roberts como protagonista. Poco después presentó en el Festival de Cannes la que posiblemente sea su cinta más aplaudida: Falling Down (1993), en qué Michael Douglas interpretaba a un abogado.

Fichó en Val Kilmer por Batman Forever (1995), donde se enfrentaba a Tommy Lee Jones y Jim Carrey como los malos en una cinta que fue un gran éxito de taquilla pero que obtuvo flojas críticas. Mucho peor fue el recibimiento de Batman & Robin (1997) con George Clooney como Batman y que recogió a unas críticas horrorosas. No obstante, Schumacher, que era homosexual, profundizaba en esta película, de manera más o menos sutil, a la famosa interpretación homoerótica de las aventuras de Batman y su compañero Robin. Su último trabajo después de las cámaras fue dirigiendo dos episodios de la serie House of Cards.