El escritor judío Elie Wiesel, premio Nobel de la Paz 1986, ha muerto en Nueva York. El autor había nacido en 1927 en Rumania, y a los 16 años fue capturado por los nazis, que se llevaron a todos los judíos de su pueblo, Sighet. Él fue conducido en los campos de concentración de Auschwitz y Buchenwald, en Polonia. Sobrevivió, y después de su liberación, se dedicó a denunciar el genocidio, motivo por el que ganó el premio Nobel. Él creía que "Si he sobrevivido es por alguna cosa"; estaba convencido de que tenía una misión, y que esta misión era constituir el recordatorio de sus compañeros muertos.

El deber del superviviente es dar testimonio de lo que ocurrió, (...) hay que advertir a la gente de que estas cosas pueden suceder, que el mal puede desencadenarse. El odio racial, la violencia y las idolatrías todavía proliferan"

Reacciones

La muerte de Wiesel ha generado muchas reacciones. El presidente Barack Obama ha afirmado que "Elie Wiesel fue una gran voz moral de nuestro tiempo y una conciencia de nuestro mundo. También fue un amigo muy querido. Lo extrañaremos mucho". Y el primer ministro francés, Manuel Valls, ha escrito en su cuenta de Twitter: "Triste día en que nuestras memorias vivientes se extinguen... La Shoah, la exigencia de Elie Wiesel: no olvidar nunca". 

La guerra y la muerte 

A Wiesel, en el campo, para identificarlo, le tatuaron el número A-7713 en su brazo. Llevaría este tatuaje hasta su muerte. En el campo sufrió maltratos, trabajos forzados y humillaciones sin fin. Pero lo más grave es que perdió a buena parte de su familia en el holocausto. Su padre murió después de recibir una paliza de un soldado alemán. En los campos también murieron su madre y su hermana pequeña, de las que le separaron al entrar en Auschwitz. De toda su familia, sólo sobrevivieron él y sus hermanas mayores.

Caminamos. Puertas que se abrían y se cerraban. Continuábamos caminando entre las alambradas electrificadas. A cada paso, un cartel blanco con un cráneo negro que nos miraba. Una inscripción: ¡ATENCIÓN! PELIGRO DE MUERTE. Qué burla: ¿Había aquí un solo sitio en que no se estuviera en peligro de muerte?"

La superación

Wiesel, al salir del campo se estableció en París, y empezó a estudiar Periodismo a la Sorbona. Hizo amistad con el Nobel francés François Mauriac, que fue quién lo animó a escribir sobre su estancia en los campos de concentración. En 1956 publicó, en yiddish, la primera versión de La noche, que enseguida se convirtió en un best-seller. Eso le abrió la puerta al mundo literario y a la academia. En 1955 se instaló en Estados Unidos y más tarde obtuvo la nacionalidad norteamericana. En 1969 se casó con otra superviviente de los campos nazis.

El divulgador

Wiesel enseguida fue invitado a participar en foros internacionales, universidades y entidades culturales, y dedicó su vida a divulgar el infierno que había vivido, con el objetivo que no volviera a pasar nunca más. Quería romper con la indiferencia, ya que consideraba que esta era la que daba pie a los abusos de los derechos humanos: "Lo contrario del amor no es el odio, es la indiferencia". El comité que le otorgó el premio Nobel reconoció el valor de esta tarea: "Elie Wiesel es un mensajero de la Humanidad; su mensaje es el de la paz, la restitución y la dignidad humana". Se convirtió en todo un símbolo de la memoria del genocidio. Obtuvo 90 doctorados honoris causa e incluso acompañó a Buchenwald al presidente norteamericano, Barack Obama, y la canciller alemana, Angela Merkel.

¿Cómo se llora a seis millones de muertos? ¿Cuántas velas se encienden? ¿Cuántas plegarias se oran? ¿Sabemos cómo recordar a las víctimas, su soledad, su impotencia? Nos dejaron sin dejar rastro, y nosotros somos ese rastro. Contamos estas historias porque sabemos que no escuchar ni desear saber lleva a la indiferencia, y la indiferencia nunca es una respuesta."

La personificación de la memoria

"La memoria se ha convertido en un deber sagrado de la todas personas de buena voluntad", aseguraba Wiesel. Pero intentó evitar en la medida del posible su frivolización. Por eso no aceptó que el director de cine Orson Wells llevara La noche en la gran pantalla.

Hacerse agnóstico

Desde pequeño, Wiesel hizo algunos estudios religiosos judíos, muy marcado por el judaismo liberal de su padre. Su paso por el campo de concentración le provocó una gravísima crisis religiosa. Aseguraba que nunca olvidaría las llamas de los hornos crematorios, que "consumieron su fe para siempre". Él se definía como agnóstico. Pero siguió dedicándose a la teología: tiene numerosas publicaciones en este campo, y daba clases a la Universidad de Boston.

Solidaridad sin fronteras

Algunos especialistas en el holocausto han intentado siempre destacar la excepcionalidad del genocidio judío frente al resto de procesos históricos. Por el contrario, Wiesel puso énfasis en el paralelismo entre la situación que él sufrió y con la que sufrieron posteriormente otros colectivos. Fue un firme activista por la paz. Como escritor, como profesor y como conferenciante denunció la dictadura argentina, la guerra de los Balcanes, la persecución de los kurdos, el genocidio ruandés, la inactividad internacional frente a la catástrofe del Darfur... Pero también tuvo algunos pronunciamientos muy conflictivos, como su apoyo a la política de asentamientos judíos en territorio palestino, o por la incorporación de Jerusalén entero en Israel.

Llegir Wiesel en nuestra casa

Wiesel llegó a publicar una cuarentena de libros, muchos de ellos obras de no ficción sobre el genocidio. Cuando ganó el premio Nobel, era un autor desconocido en Catalunya. La editorial Aguilar había publicado Las puertas del bosque, y Pomaire Testamento de un poeta judío asesinado. Después de la concesión del Nobel se tradujeron al castellano algunas de sus obras clave. En catalán sólo se publicó La nit, la primera parte de la trilogía La noche, el alba y el día. Pero con el final de siglo, la obra de Wiesel fue descatalogándose. Últimamente, las únicas obras que se han publicado en castellano son A corazón abierto (ed. Sígueme) y El olvidado (Plataforma Editorial). La trilogía La noche se puede encontrar en la colección Austral.