El mono del asesino, de Jakob Wegelius (ed. Viena), recibió el Premio Llibreter 2018, uno de los más prestigiosos de Catalunya, en su categoría de literatura infantil y juvenil de autor no catalán. El jurado, integrado por libreros especializados en la temática, resaltó, en su veredicto que era una historia "al margen de modas", pero que entroncaba magníficamente con la literatura de Stevenson. Y no hay duda que esta obra recupera el modelo más puro de la novela de aventuras, de un Jules Verne (o de un Folch y Torres, en versión catalana).

Un narrador excepcional

Una de las claves del éxito del libro de Wegelius se encuentra en su protagonista. Esta obra está escrita en primera persona, pero su protagonista es bien singular, un gorila, Sally Jones (que ya había protagonizado la anterior obra de Wegelius, La leyenda de Sally Jones, publicada en castellano y gallego en Sushi Books). Sally es un gorila del Congo que es sacado de la selva y que acaba viviendo entre los humanos, perfectamente adaptado. Que nadie piense en el Informe para una Academia, de Franz Kafka. Sally Jones no es el Peter de Kafka, un simio disfrazado de hombre que intenta ocultar su simiedad. El protagonista de El mono del asesino es un animal plenamente humanizado. Actúa por completo como un hombre; trabaja como un hombre, reacciona como un hombre... No puede hablar, pero se puede comunicar por escrito. Y justamente el hecho de no poder hablar, y el hecho de ser marginado como un animal, lo convierte en un observador perfecto de su entorno. Y eso le permite ocupar un papel muy especial, en el centro de la acción, pero ignorado por mucha gente de su alrededor.

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Retorno a la aventura

El mono del asesino rehúye los lugares comunes de la literatura juvenil. El protagonista es un simio, pero los derechos de los animales no están en el centro de la narración. Habla de la explotación de la población de la India, pero este no es el argumento central del libro. En realidad, esta es, básicamente, una obra sobre la amistad. Y también, una novela de aventuras, donde el protagonista vagará por el mundo, visitando sitios muy exóticos en busca de sus objetivos, pero teniendo que resolver numerosos conflictos. Incluso incluye un punto de intriga policíaca, que ayuda a hacer más ligeros los capítulos.imagen la mona libro

 

Siguiendo la estela de los clásicos

El mono del asesino se lee con mucha facilidad. Pese a sumar más de 600 páginas, es difícil no acabarlo, porque consigue mantener el ritmo en todo momento. Jakob Wegelius (Göteburg, 1966), además de ser un gran escritor, es un ilustrador genial, y eso hace que el libro gane muchísimo (además, cuenta con una magnífica edición). Al margen de modas, las aventuras de Sally Jones demuestran la vigencia de la simple narrativa de aventuras. Ahora bien, se echa de menos la contundencia de las narraciones de Jack London o Joseph Conrad: la sangre, la muerte i la fatalidad hi són absent. En  del asesino el lector sabe perfectamente, desde el principio, que la historia acabará bien y que discurrirá por plácidas sendas. El dolor, la decepción y la desgracia están bien dosificados, para que nunca superen a la esperanza, la alegría y la buena suerte. Un mundo feliz en qué, aquel que tiene razón y se porta bien, siempre será recompensado. Un mundo literario para nuestros jóvenes bien alejado del mundo real.