La molly del Amazonas (Poecilia Formosa) fue el primer vertebrado asexual descubierto, en 1932. Todos los ejemplares de la especie, aparecida hace entre 100.000 y 200.000 años son hembras. Se reproducen por "apareamiento" con un pez macho de una especie relacionada. El ADN del macho, a pesar de eso, no se incorpora a la descendencia. En cambio, el emparejamiento con el pez macho desencadena la replicación del genoma materno completo. En esencia, las mollies se clonan a sí mismas. No ponen huevos, sino que dan a luz grandes crías. Habitualmente se había creído que los animales raros que se reproducen de forma asexual -sólo un millar de todas las especies de vertebrados vivos- están en desventaja evolutiva en comparación con el resto de animales que lo hacen sexualmente. Una de las teorías que explican eso es la idea de que si no se introduce nueve ADN durante la reproducción, las mutaciones genéticas perjudiciales se pueden acumular en generaciones sucesivas, hecho que llevaría a la extinción de la especie a la larga. Otra hipótesis establece que debido a que la reproducción asexual limita la diversidad genética en las especies, los animales acaban siendo incapaces de adaptarse a los cambios en el medio ambiente. Estas teorías, sin embargo, no se mantienen en el caso de la molly del Amazonas, que vive en las aguas dulces de la frontera entre México y Texas.

Un pez excepcional

Para entender mejor cómo la reproducción de este pez se desvía de la norma, un equipo internacional de científicos ha secuenciado el primer genoma de lA molly del Amazonas y los genomas de las especies originales que convergieron en este pez único. Sus hallazgos sugieren que la existencia de la especie no es totalmente inesperada ya que vieron que tiene una composición poco genética, rara de ver a la naturaleza, y que aporta a los animales algunos beneficios vinculados a la supervivencia. Los resultados de esta investigación se han publicado en la revista Nature Ecology & Evolution, y entre sus autores figuran Raquel García Pérez, investigadora en el Instituto de Biología Evolutiva (IBE), y Tomàs Marquès-Bonet, profesor investigador ICREA de la UPF y director del mismo instituto. Han descubierto que la molly del Amazonas es el resultado de un acontecimiento de reproducción sexual que involucró a dos especies diferentes de peces hace entre 100.000 y 200.000 años: el molly Atlántico y el molly de Sailfin. Desde entonces, la molly del Amazonas resultante es una especie híbrida que se ha mantenido congelada evolutivamente de una forma notable, y todavía ahora sigue prosperando. "La molly del Amazonas presenta pocas mutaciones nocivas, bajos niveles de descomposición genética y una variabilidad única y en constada evolución, sobre todo los genes relacionados con el sistema inmunológico," explica Raquel García Pérez. "Estas características podrían explicar el éxito evolutivo de la especie".