Una de las piezas más emblemáticas de Salvador Dalí vuelve a Catalunya después de más de siete décadas. Se trata de La Madona de Portlligat, un óleo sobre tela de grandes dimensiones —cerca de tres metros de altura— que se puede visitar hasta el 22 de febrero en el Teatre-Museu Dalí de Figueres. La obra, fechada en 1949, no se había mostrado en el país desde 1952.

El traslado no ha sido fácil por la monumentalidad del cuadro, que ha viajado desde el Museo de Arte de Fukuoka, en Japón. Según ha explicado la directora de los Museos Dalí, Montse Aguer, no es habitual que se presten obras de estas características, pero el museo japonés ha considerado relevando que la Madona de Portlligat se pueda exhibir en el espacio que reúne la gran obra del pintor ampurdanés.

Un cuadro con mucha historia

En el año 1949, Salvador Dalí solicitó audiencia con el papa Pío XII en Roma con un doble propósito: pedir permiso para casarse con Gala, que había estado casada anteriormente, y presentarle un esbozo de una obra que acabaría convirtiéndose en una de sus creaciones más icónicas, La Madona de Portlligat. Este óleo monumental, pintado el mismo año, combina elementos propios del surrealismo daliniano —un rinoceronte, estructuras arquitectónicas de piedra seca, olivas— con la representación central de Gala sosteniendo a un niño con un trozo de pan. Un conjunto cargado de simbolismo que habla de renacimiento, espiritualidad y misticismo nuclear, tal como recuerda Montse Aguer, directora de los Museos Dalí.

El escenario de fondo es el mar de Portlligat, paisaje esencial en la obra de Dalí y que da nombre a la pintura. El cuadro se pudo ver por última vez en Catalunya en 1952, antes de emprender un largo recurrido internacional. Ahora, 73 años después, retorna por primera vez y se expone en el Teatre-Museu Dalí de Figueres. Se trata de un hecho excepcional: las grandes dimensiones de la pieza (2,75 metros de altura por 2,09 de anchura) dificultan el traslado y raramente se cede en préstamo. En este caso, la obra ha viajado desde el Museo de Arte de Fukuoka, en Japón, en un trayecto complejo que incluso ha obligado a desmontar una ventana del museo ampurdanés para poder introducirla en la sala.

El cuadro de Dalí / ACN
La Señora de Portlligat / ACN

Una exposición en torno al cuadro

La exposición, centrada exclusivamente en esta obra maestra, se acompaña de un conjunto de materiales gráficos y audiovisuales que documentan su historia. Entre ellos, destacan las imágenes del transporte del cuadro en Nueva York, cuando fue izado hasta el sexto piso de las galerías Carstairs con una grúa, escena inmortalizada por el fotógrafo Mark Kauffman y publicada en la revista Life con el título Madonna in Mid-air. Este episodio reforzó la idea, expresada por el mismo Dalí, que la tela era "más fácil de pintar que de transportar".

Con motivo del retorno de la Madonna de Portlligat, la Fundación Dalí ha organizado una serie de actividades divulgativas y educativas. Por una parte, un ciclo de cinco conferencias profundizará en aspectos clave de la obra: la relación entre ciencia y espiritualidad después del impacto de Hiroshima y Nagasaki, la recuperación de la iconografía religiosa, el diálogo con la tradición renacentista y la centralidad del paisaje de cabo de Creus y de la figura de Gala. Paralelamente, el programa educativo ofrece recursos y talleres adaptados para escuelas de primaria y secundaria, con el objetivo de convertir el museo en un espacio vivo y de reflexión.

El retorno de la Madonna de Portlligat en Figueres no es solo un acontecimiento expositivo, sino también una oportunidad para redescubrir una obra clave en la trayectoria de Dalí. Un cuadro que, 73 años después, sigue hablando de misticismo, de renacimiento y de la voluntad del artista de otorgar una voz universal a su tierra y a su musa.