Dos noticias para los amantes de la saga Trainspotting: una buena y una mala. La buena es que, 22 años después de la publicación de Porno (Anagrama), ya sabemos qué futuro depara a los cuatro amigos de Leith (Edinburg). La mala es que no habrá continuación, estamos ante el gran final de Trainspotting. Con Señalado por la muerte (Anagrama), Irvine Welsh cierra este viaje de drogas, sexo y alcohol protagonizado por Renton, Sick Boy, Spud y Begbie que ha enganchado a múltiples generaciones de lectores y lectoras de todo el mundo.

En Señalado miedo la muerte, los años 90 han quedado atrás, ya no suena Iggy Pop ni Lou Reed. Nos encontramos en 2015 y lo que lo pega duro es la música electrónica, pero estos cuatro granujas todavía quieren un último baile. Sus vidas han cambiado radicalmente desde la última vez que se vieron. Renton es un exitoso representante de DJ's que se dedica a viajar por las discotecas de todo el mundo. El temido Begbie, a quien la vida también ha sonreído, se ha convertido en un reconocido artista plástico y disfruta de un matrimonio feliz y de dos preciosas hijas. Por el contrario, a Sick Boy y a Spud las cosas no les van tan bien. El primero continúa metido en el negocio del cuerpo femenino y el segundo se dedica a pedir por las calles de la capital escocesa con su perro.

A lo largo de los tres libros precedentes (Skagboys, Trainspotting y Porno), hemos sido testigos de todo tipo de sucesos entre este grupo de amigos: desde peleas y traiciones hasta reencuentros marcados por efusivas muestras de amor. Esta vez, sin embargo, sus vidas se enroscan y se enredan como nunca lo habían hecho hasta ahora. Y es que, a medida que avanza la historia, sus vidas se complican tanto que llegas a tener la impresión de estar delante de una bomba de relojería, que, inevitablemente, estallará.

Todo empieza con un oscuro tejemaneje de tráfico de órganos. A partir de este momento, sus nuevas vidas, que sustituyen su pasado de drogas e insensateces, se van hundiendo como un castillo de arena. De alguna manera, a medida que reanudan el contacto, su pasado se vuelve a hacer presente. Vuelve el sexo desenfrenado, vuelven las drogas de todo tipo y vuelve el alcohol. Todo ello, aliñado con sátira social y profundas reflexiones sobre el paso del tiempo.

"El mundo está cambiando, la música está cambiando, las drogas están cambiando, incluso los tios y las tias están cambiando. Dentro de unos años no habrá ni tios ni tias, solo gilipollas"-Mark Renton