Hoy, 24 de julio, se cumplen 75 años de la ejecución en Paterna del anarcosindicalista Joan Peiró i Belis, muerto junto a otros seis miembros de la CNT. Peiró fue en varias ocasiones secretario general de la CNT y fue uno de los líderes anarquistas más destacados en el momento en que la CNT era la fuerza obrera hegemónica en Catalunya. Aprovechando esta conmemoración se ha querido rendir homenaje al luchador con la colocación de una placa de nomenclátor, en reconocimiento al líder anarquista, en la plaza que lleva su nombre, en Sants, el barrio donde Peiró nació. Hasta ahora era prácticamente imposible saber qué nombre tenía la plaza sin recurrir al mapa, porque prácticamente en el lugar no hay paredes donde colocar las placas.

En deuda

Al acto han asistido unas 150 personas, que no llevaban banderas ni han gritado consignas (sólo tres militantes de la CNT mostraban su solidaridad con la huelga del Metro y acusaban al gobierno municipal del conflicto laboral). Entre el público había algunos nietos del líder anarquista. Gerardo Pisarello, primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, que ha presidido el acto, ha asegurado que Peiró "representa lo mejor de la tradición obrera catalana" y ha recordado que fue doblemente víctima: de la Gestapo y del franquismo. Pero Pisarello ha querido recordar, también, que Peiró era, sobre todo un "enamorado de la vida", del baile, de la fiesta, de la cultura... En el acto, que se ha presentado también como un homenaje al movimiento obrero de Sants, no ha faltado alguna referencia a la actualidad catalana, cuando se ha recordado de que la ejecución de Peiró "también fue legal". Mientras descubrían la placa, y depositaban algunas flores frente a ella, ha sonado el himno anarquista "A las barricadas". Pocos lo han coreado. Esta Barcelona es muy diferente a la que en noviembre de 1936 despidió en olor de multitudes el féretro de Durruti, entre un mar de banderas rojas y negras.

Joan Peiró

El analfabeto que llegó a dirigir un diario

Peiró no lo tuvo fácil a la vida. Era de familia pobre y no pudo ir a la escuela: empezó a trabajar en una industria de vidrio con 8 años. Hasta los 22 años no aprendió a leer y escribió. Con unos compañeros fundó, en Mataró, una cooperativa de cristaleros. En 1906 se afilió a la CNT, organización en que ocupó varios cargos de responsabilidad. A pesar de haber aprendido a escribir tan tarde, por su talento fue nombrado director del diario Solidaridad Obrera y durante la guerra civil dirigió Catalunya, otra publicación anarquista, en catalán. Fue uno de los dirigentes de la CNT en el momento en que el movimiento sindical consiguió imponer la jornada de ocho horas. Fue secretario general de la CNT de 1922 a 1923 y de 1927 a 1929.

Peiró en una fàbrica

El anarquista que fue ministro

En los años 1920 fue encarcelado varias veces y sufrió dos atentados. Muchos de sus compañeros fueron asesinados por los pistoleros de la patronal o por las fuerzas de orden. Formó parte del ala más sindicalista de la CNT, los "trentistas", oponiéndose a los sectores de la FAI partidarios de la acción directa. Dio apoyo a la proclamación de la República, aunque algunos anarquistas no querían involucrarse en política. Cuando estalló la guerra civil, defendió la entrada de la CNT en los gobiernos de Catalunya y España, porque consideraba que la prioridad era ganar la guerra y asumió el ministerio de Industria, hasta los hechos de mayo de 1937. Criticó duramente los crímenes cometidos por las patrullas de control de la FAI.

Un héroe

El 1939 Peiró se refugió en Francia donde colaboró con el envío de militantes anarquistas aMéxico. Él se quedó en territorio francés hasta el último momento, quedó atrapado por la invasión alemana y fue detenido por los nazis. Lo llevaron a Alemania y después lo extraditaron en España en febrero de 1941. Fue brutalmente torturado por las fuerzas franquistas. En su juicio algunos destacados falangistas declararon a favor suyo, reconociendo que había luchado contra los abusos y las ejecuciones extrajudiciales en la retaguardia republicana. Su juicio tardó, porque lo querían convencer de que se integrara en el Sindicato Vertical franquista: le prometieron que se le liberaría si colaboraba con las estructuras obreras de la dictadura. Pero él se negó. Fue condenado a muerte y ejecutado.

En Mataró, también

En 1989 Peiró fue nombrado hijo adoptivo de Mataró, por su trabajo como director de la Cooperativa Cristalerías de Mataró. La comisión ciudadana Homenatge a Joan Peiró i Belis, de Mataró, ha preparado también un homenaje a Peiró en el 75 aniversario de su asesinato. Se hará en el Cementerio de los Capuchinos, donde está el nicho de la familia Peiró-Olivas. Han confirmado su presencia al acto la presidenta del Parlamento, Carme Forcadell; el alcalde de Mataró, David Bote; la alcaldesa de Badalona, Dolors Sabater; la vicesecretaria general de la UGT Catalunya, Laura Pelay; David Marín, miembro del Secretariado Permanente de la CNT-AIT Catalunya y Baleares; el presidente de la Comissió de la Dignitat, Josep Cruanyes, y la junta de Òmnium Maresme, entre otros.

Una placa que levita en un no lugar

La mayoría de barceloneses no tienen ni idea de donde está la plaza Joan Peiró, aunque probablemente la mayoría han pasado por ella. Se trata de la plaza situada en la parte posterior de la estación de Sants. Una de las típicas plazas duras maragallianas, con el agravante de que su centro está ocupado por las salidas de emergencia de los andenes de la estación. La "decoración" de la plaza consiste en una especie de marquesina posmoderna, que en realidad no protege ni de la lluvia ni del sol. Un espacio bastante grande, pero absolutamente despersonalizado: sin vecinos, sin árboles, sin carácter... En la plaza Joan Peiró no hay vecinos que tomen el sol, ni niños que jueguen: sólo viajeros que pasan, apresurados, con sus maletas. En realidad, es una gran barrera arquitectónica que separa la cálida calle Vallespir y su entorno, de la animada plaza Osca y sus alrededores. Un lugar de paso, sin identidad propia. Para poder colgar la placa, como no había ninguna pared, han puesto un par de bloques de piedra por sustentarla. Probablemente, la placa sea leída por muy pocos peatones. "Ya me veo yo a la gente sentada encima de los bloques", comentaba uno de los asistentes... La concejala del distrito Sants-Montjuïc ha adelantado que quieren buscar una solución urbanística para recuperar este espacio para el barrio.