Hace casi diez años J.K. Rowling, en la cumbre de la popularidad como autora de la saga de Harry Potter, anunció que no volvería a escribir nada sobre el personaje. Ahora, sorpresivamente, aparece el "octavo episodio de la saga". Y como era previsible, triunfa. Precedida por millones de ventas en Gran Bretaña y en los Estados Unidos, Hatty Potter y el legado maldito (Salamandra en castellano y Empúries en catalán) llegó ayer a Catalunya acompañado de una impresionante campaña mediática: publicidad, actos de lo más imaginativos en las librerías, noticias... Incluso una extrañísima campaña política y comercial sobre la venta de la publicidad del libro en horario nocturno. Y como auguraba todo el mundo, las grandes colas se repitieron y el libro se elevó en unas horas a las listas de los más vendidos.

Otra cosa

Lo más sorprendente de todo eso es que dudosamente podemos calificar esta obra de octava pieza de la saga Harry Potter. En primer lugar, El legado maldito no es una novela: es un guion de una obra teatral. Por lo tanto, se trata de una obra sensiblemente diferente a la que fascinó a los fans de las siete primeras novelas: no incluye descripciones de ambientes ni de personajes, la acción acontece en un número limitado de espacios... Una limitación obvia, que en buena parte se salva porque esta obra recurre a espacios y personajes ya muy conocidos por episodios anteriores de la vida del protagonista.

Rowling en segundo plano

La otra cuestión es que Harry Potter y el legado maldito difícilmente puede ser considerado como una obra de J.K. Rowling, aunque su nombre es el que aparece más grande en la portada del libro. En realidad, la autoría que aparece en la cubierta es bien compleja: "Basada en una nueva historia original de J.K. Rowling / John Tiffany y Jack Thorne / Una nueva obra de teatro de Jack Thorne". Eso quiere decir que Jack Thorne, con la colaboración de John Tiffany, elaboró un guion teatral que explica la historia de un Harry Potter adulto y padre de familia, un guión que contó con la colaboración de J.K. Rowling. A partir de aquí Jack Thorne presentó una obra, que fue estrenada en junio en Londres. Y lo que se publica ahora es la traducción del guion oficial, tal como se representó en Londres; no estaba previsto editarlo, pero la presión de los fans acabó sugiriendo la publicación. De hecho, el copyright del libro es un auténtico galimatías que delata esta obra como producto de una industria cultural decidida a sacar beneficios de un proyecto que funciona a todo ritmo, con o sin su autora original. Warner Bros ya ha anunciado que hará una película en base a este guion.