Ferran Utzet dirige La nostra ciutat de Thornton Wilder, un texto considerado precursor del teatro épico. El objetivo del montaje es escenificar un texto canónico de la literatura dramática norteamericana; mostrarlo al público catalán. El montaje cuenta con una quincena de actores, entre los cuales Guillem Balart, que hemos podido ver en los escenarios con Hamlet/Aribau, Romeu i Julieta, Jerusalem o La malaltia, entre otros. Lo entrevistamos para hablar de los montajes que ha protagonizado los últimos años, sus proyectos, sus inquietudes y el montaje que se podrá ver hasta finales de noviembre en la sala Fabià Puigserver en el Teatre Lliure de Montjuïc.

Entrevista Guillem Balart, actor Carlos Baglietto (2)
Foto: Carlos Baglietto

Guillem, háblanos del montaje de La nostra ciutat.
El trabajo ha sido muy agradecido. Actuar, representar este texto, es muy agradecido. Se focaliza en la esencia del intérprete en el escenario. Su cuerpo, su voz y los compañeros. Y no hace falta nada más.

Y un montaje para la sala Fabià Puigserver.
En todos estos espacios tan grandes la esencia del teatro se mantiene, pero es verdad que hay matices que los espectadores se pierden. Tal como se ha montado la obra te permite entrar en la intimidad de esta ciudad. Ferran ha trabajado para que desde la última fila de la sala se pueda disfrutar de las intimidades de esta gente. Es un espectáculo íntimo en la forma.

Con Ferran Utzet coincidís en haber salido de La Perla 29.
Sí. Es mi familia adoptiva, donde he explorado más hacer teatro. Un espacio muy singular, sientes la respiración de los espectadores. Ferran ha sabido conservar el espíritu de La Perla 29 en el montaje. Enseñar un espectáculo que quiere ser sensible.

No estoy en un punto que pueda permitirme escoger lo que quiero hacer

Actoralmente, ¿es diferente encarnar un texto poco conocido para el espectador o hacerlo con un texto muy conocido como Romeo y Julieta?
Es interesante. Cada proyecto es diferente. Piensa que el personaje de Mercucio lo tenía leído y releído, y sabía que era un personaje que dinamita y que es gamberro. La forma que se le acabó dando al montaje desde un sitio queer me dio mucho juego pero fue una propuesta de David Selvas, y yo ni lo sabía. Tienes que calibrar, como actor, las propuestas. Para saber si tienes que saltar al abismo sin saber qué te encontrarás y probar, o bien trabajar una idea muy concreta. Con Ferran, que lo admiro muchísimo y es un director —para mí, de los más importantes que tenemos— ha sido perfecto trabajar. Era importante no quedarme en un nivel muy plano. Mi participación tiene que sumar a todo el grupo, es un montaje muy grupal. En el espectáculo hay mimo y te exige muy físicamente.

Te escucho y pienso en Pol López.
Que me compares con Pol, ostras. Cuando la gente piensa en la carrera teatral que hago es cuando me doy cuenta de la cantidad de montajes que he hecho. Vas haciendo, pruebas que los proyectos sean siempre los mejores posibles y los más interesantes. En mi caso, yo quiero intentar que el proyecto, sea de quien sea, me interese, pero no estoy en un punto que pueda permitirme escoger lo que quiero hacer. Estoy muy abierto. La puerta de irse fuera también está.

Entrevista Guillem Balart, actor Carlos Baglietto (3)
Foto: Carlos Baglietto

Podrías haber sido un miembro de la Kompanyia Lliure.
Hice los castings de la última convocatoria. Estuve un mes y medio haciendo pruebas. Era de los más jóvenes, con Quim Àvila, que acabó entrando. Recuerdo que era de los veinte a los treinta. Todavía estaba en el Institut y me salté muchos créditos. Me dijeron que no cuando ya llevábamos bastantes fases. Pero lo he acabado encontrando, con la Perla. Me sabe mal que ya no esté, esta compañía. Creo que tendría que estar. Recuerdo que la sensación de tener un contrato estable de tres años, eso nos deslumbró a todos y aporta muchísimo al teatro. Me gustaría que volviera. Y se lo pido a la nueva dirección.

¿Quieres dirigir?
Parece que dedicarse al teatro se resuma en esperar una llamada. Se limita a todo esto. A mí me gustaría tener una compañía propia. Encontrar otras maneras de enfocar la creación, vérmelo todo desde fuera. No sé si dirección pero sí toda la cuestión del movimiento. Con la música, también.

Parece que el oficio se ha convertido en naif y cualquiera con imagen y redes sociales puede serlo

¿Cómo valoras la formación que da el Institut?
Es importante que cualquier actor tenga una formación. Parece que el oficio se ha convertido en naif y cualquiera con imagen y redes sociales puede serlo. Hay que entender que el oficio es de muchos años, hay cosas que comparto más o menos con el Institut, pero la formación es necesaria. Yo me encontré profesores de todo tipo.

Un espectáculo que recuerdes.
Incendis. Yo ya empezaba a plantearme ser actor. Verlo me hizo decidirme. Fue una catarsis muy fuerte. Otros montajes como el Juan Diego Botto con Un trozo invisble de este mundo, un año después de ver Incendis. Recuerdo que era un montaje singular, un tándem fenomenal que también me emocionó mucho.

Para acabar, después de Fabià Puigserver, sala grande del Teatre Nacional.
No había estado nunca, y trabajaré con Josep Maria Mestres y con la adaptación de Jane Austen, Los Watson. Es muy bonito trabajar en montajes tan grandes, con tanta gente y que se forma una amistad y compañía. Además, eres consciente de que harás la función para mucha gente y muchas edades, y eso es también un reto como actor.

Entrevista Guillem Balart, actor Carlos Baglietto (4)
Foto: Carlos Baglietto