En 2018, Guillamino se encerró en el Monasterio de Poblet. No es que se hiciera monje. Fue una curiosa estancia creativa de la que surgió el disco Fra Júpiter (Bankrobber, 2018), su última referencia hasta ahora. "Pero no he parado quieto. He estado haciendo mil cosas. He hecho mucho trabajo de comunicador, en la radio, alguna cosa en la tele, también". Siempre jugando con el pantone sonoro que ofrece la música negra: del hip-hop al house, ahora retoma su trayectoria musical con T'estava esperant, primer adelanto de su próximo EP, Erra & Bé, trabajo salpimentado de R&B de los ochenta, rap boom bap de los noventa y soul onírico del nuevo siglo, el de Frank Ocean, Steve Lacey o Dijon, que está previsto que aparezca el próximo mes de febrero. "He tenido proyectos durante estos años", advierte este creador inquieto como una pulga en el cuello de un perro pachorrudo. "Sobre todo de productor. Pero, eso de encontrar otra vez las ganas y la motivación de hacer música... No las tenía. Pero ahora sí. Ahora esta motivación ha vuelto a aparecer. Había girado mucho. No solo en Cataluña, sino por todo el mundo. Había participado en infinidad de proyectos, y no solo como Guillamino. Tuve un proyecto de música house del que incluso salió una reseña en Pitchfork, sin ni buscarlo. Y sí, he ido haciendo música todos estos años, pero siempre me preguntaba si aquello que estaba haciendo era lo que realmente quería decir. Y hasta ahora una cosa no ha casado con la otra. Hay muchas canciones que se han quedado en el cajón. Música de autoconsumo. Las de este nuevo EP expresan quién soy y cómo me siento yo ahora". Guillamino, te estábamos esperando.

En la era de la sobreexposición y la producción constante y la publicación permanente, hacer música de autoconsumo es nadar totalmente a contracorriente.
Ahora se publica todo. Una espontaneidad que no me parece mal. Pero yo quería recuperar el sentido de hacer música porque me lo paso bien. Ahora, por ejemplo, hago música con mi hijo, que tiene 11 años. Es un loco de Tyler, The Creator. Es un crack de programas de producción como Logic y Ableton Live. Nos lo pasamos genial. Por otro lado, también tienes que ser consciente de la música que haces. De esto me di cuenta hace años, cuando empecé a salir por tocar fuera y descubrí que en el extranjero, Guillaminos, hay 50 en cada ciudad, y aquí estaba solo. No es país para música alternativa.

¿Cuál fue el momento en que decidiste que lo que estabas haciendo ya no sería para el autoconsumo?
La pasada primavera compuse un tema que formará parte de este EP que fue muy revelador. Encontré otra manera de hablar de las cosas de las que quería hablar. Es un tema en el que la letra es como si hablara mi yo de 18 años, pero en un futuro. Estoy soñando todo lo que haré, pero estoy hablando de cosas muy del día a día, como de cosas de eso, de chaval de 18 años. Me descubrí encontrando una manera de hacer que me motivaba. Había algo de nostalgia, pero a la vez es como si, a la vez, impersonara otra vez a alguien muy joven. Eso me dio mucha energía. Era lo que estaba buscando.

unnamed
Guillamino / Foto: Noemí Elías

Como músico, ¿aún tienes sueños?
Ser padre es una hostia de realidad, pero lo he podido ir compaginando con mi faceta como música. También es cierto que he estado más preocupado por mis proyectos en los medios de comunicación. Igualmente, es cierto que, para tener ganas de volver a subir a un escenario, tienes que disfrutar cantando. Y yo ahora, aunque todavía no ha salido el EP, vuelvo a disfrutar cantando. Y que conste que disfruto muchísimo con mi repertorio más clásico, pero llega un momento en que tienes que dejarlo ir. Tienes que detestarlo durante un tiempo y reiniciar.

Tú, verdaderamente, has hecho un reinicio. Siete años en silencio.
Estoy muy en contra de decir que paras y volver un año después. No se tiene que decir nada. Ve haciendo, y si paras, para, y después ya volverás. Lo importante es no retirarse nunca. La victoria final es seguir.

¿Pero el Guillamino actual es el mismo de siete años atrás?
Ahora me vuelve muy loco toda la escena R'n'B anglosajona de principios de los 90. Por ejemplo, muchos días, haciendo la cena, me pongo videoclips antiguos de la MTV, con gente moviendo el culo, bailando, y me lo paso de maravilla cantando las canciones.

No tenemos R'n'B en catalán.
Es un género romántico per se, es muy bonito, pero en catalán es muy difícil de hacer, porque parece que digas tonterías. La letra no tiene sustancia. Pero aquí, en Catalunya, en los noventa estaban los Slips, que eran brutales.

Siempre reivindicas el producto de proximidad.
Los 80 y los 90 catalanes se tienen que reivindicar más y ya me encargaré de hacer deberes sobre esto más adelante, aparte de mi música... Es que es un legado brutal, pero parece que nadie quiera mirar hacia estos años porque nos parecen horteras.

¿Qué bandas recuperarías?
Slips los primeros. Sus producciones eran flipantes. Sus discos suenan superbién, están súper bien trabajados. Eran de Mollet del Vallès y tienen un tema del año 92 en el que rapean. Tenían un acento del Vallès precioso, pero con unas vocales neutras supermarcadas, y no se les entiende nada (risas). Pero no entenderlos hace que aún molen más, porque lo hace más ambivalente: te entiendo, pero no te entiendo y me gusta que sea así. Aun así, hoy en día es una banda totalmente desconocida, solo para conocedores. Su primer disco, MCMXCII, salió en 1992, el año de las Olimpiadas, es brutal. Después sacó otro (Sexy Flash Funk, 1995) y años después alguna cosa más (Contraatac Funk!, 2007), pero los dos primeros son los buenos.

¿Qué otras bandas más reivindicarías?
Mira, otro grupo que me aprecio mucho son los Grec. Tenían un single que se llamaba Penso en tu, que es precioso. Tenían algunos temas más bastante chulos, de estos con mucha programación midi. A Enric Arnaez, que nos dejó hace poco, también lo reivindicaría. Murió mientras estaba componiendo el disco y me puse sus discos y flipé. Nuevamente, una producción espectacular con toques funk. Pero Catalunya no es un país para música negra.

En cambio, teníamos una emisora como RAC 105, que durante años se nutría básicamente de música negra.
Sí, hubo una época dorada. Los años de Mikimoto con programas como Mikimoto Club u Oh, Bongònia.

¡Es la colabo estrella en la intro del vídeo del T'estava esperant!
Hablé con él, porque quería que supiera lo que estaba haciendo con este EP, y el tío me dice: "Yo iba para cantante". Me he visto todos sus programas, me he convertido en una rata de biblioteca para documentarme bien y el tipo, es cierto, se pasaba toda la emisión cantando.

Como en el sueño del que hablábamos antes, en cuanto a referencias, es nostálgico, porque resuenan muchas cosas de los 90, pero a la vez es muy actual.
Me flipan nombres como Steve Lacey y Frank Ocean que para mí es Dios nuestro señor.

Frank Ocean que está haciendo un Guillemino.
Sí, está haciendo un Guillemino larguísimo. Es un músico de culto y no tiene ninguna necesidad de hacer nada, porque ya lo ha hecho todo en la vida. Creo que ahora vive en Japón. En las redes sube stories por Tokio. La última canción que publicó fue durante la pandemia.

unnamed 2

Guillamino / Foto: Noemí Elías

Cayendo, se llama.
Sí, es un tema en castellano, muy raro. Es una canción muy bonita. El mundo parecía que se acababa y debía pensar que antes tenía que publicar algo. Quizás que publique un single antes, ¿no?

Ahora estás pillado con Steve Lacey, pero. 
Sí, es que es muy bueno. Ha sido una gran inspiración en T'estava esperant. Quería que las guitarras del tema sonaran un poco como las de su Bad Habit, porque la idea me vino a partir de unos acordes muy de su estilo. Después los llevé a mi terreno, pero en la génesis del tema está Steve Lacey, y también Dijon y el padre de todos ellos, Prince.

Acabas de publicar T'estava esperant, pero ¿cuándo podremos disfrutar de todo el EP?
El disco con todos los temas saldrá en febrero, pero el preestreno en directo será en el ciclo 66 butaques de Figueres, el 13 de diciembre. Y después ya tenemos fecha en Barcelona el próximo mes de marzo. Pero más allá de eso, no puedo decir casi nada más, de momento. Estoy dándome tiempo por si quiero incluir alguna canción más de las que ya tengo hasta ahora. Estoy en esta dicotomía de no parar nunca o dejar un poco de espacio y que las cosas se puedan publicar al cabo de poco tiempo, como ha hecho, por ejemplo, Tyler, The Creator, que a finales de 2024 publicó un disco (Chromakopia), y este verano ha publicado otro (Don't Tap The Glass). En las entrevistas explica que, tres semanas antes de publicar este último, todavía estaba haciendo colabos y masterizando. A mí eso me parece guay: puedo haber estado siete años parado, pero de repente me apetece hacer música, y me pongo a tope.