Confirmado: mover el culo a ritmo de dembow o tweking ha superado a la música clásica en alguna cosa – y no, no lo decimos por qué tengamos algo contra Bach o Beethoven ni porque Don Omar nos pague para hacer publicidad encubierta. Lo dice un estudio real y científico que ha demostrado que el reguetón provoca una activación más fuerte en las partes del cerebro encargadas de procesar no sólo los sonidos, sino también el movimiento. Y no sólo por delante de sinfonías renacentistas, sino también de música electrónica o folclore.

¿Qué le pasa en nuestra cabeza?

La investigación forma parte de la tesis doctoral de un grupo de neurocirujanos y neurocientíficos canarios que querían identificar qué le pasa en nuestro cerebro cuando escuchamos diferentes estilos de música, y qué actividad tiene este en cada caso. Para descubrirlo, se ha estudiado el caso de 28 personas sin formación musical previa, con gustos musicales diferentes y con una media de 26 años; han pasado por tests de oído para analizar la capacidad de discriminación de las melodías y las frases rítmicas, además de por una resonancia magnética funcional mientras escuchaban varias canciones. ¿Algunas de ellas? Shaky de Daddy Yankee, Ginza de J Balvin, Lamour toujours de Dzeko o el concierto en mí menor de Vivaldi.

Después de tanto baile musical interno, ha quedado anatómicamente comprobado que el reguetón es la música que ha demostrado una mejor activación en las áreas auditivas y motoras y que, además, activa una región primitiva del cerebro nombrada ganglios basales y que son grupos de neuronas ubicados en zonas profundas de este órgano que modulan la postura y la ejecución del movimiento. Para que nos hagamos una idea: en estos ganglios basales es donde se encuentra el origen de enfermedades degenerativas como el Parkinson. ¿Será esta una nueva manera de investigar sobre este tipo de enfermedades? Lo que es seguro es que se deberá seguir investigando, ya que este es el primer estudio en que el reguetón se ha comparado con la música clásica.

Lo sabíamos sin saberlo

¿Sabes cuándo te pasa que suena la canción y te empiezas a mover casi de forma involuntaria y automática, sin pensarlo y sin ningún tipo de previsión? Pues eso también podría ser por culpa del ritmo que tiene el reguetón y que tantas veces hemos imitado con ese pachum pachum tan onomatopéyico que nos hemos inventado. Y es que según el estudio, toda esta activación tan significativa en estas áreas del cerebro relacionadas con el movimiento podrían ser debido a "la generación de un impulso interno dentro nuestro al tratar de adivinar cuándo viene el próximo pulso; es como si el reguetón, con este ritmo peculiar y repetitivo, nos preparara para el movimiento, para bailar sólo escuchándolo". Pues lo que decimos.