El escritor Joan-Lluís Lluís (Perpinyà, 1963) se pone en la piel de una orangutana en su nueva novela Una cançó de pluja, que llega esta semana a las librerías de la mano de Club Editor. Se trata de un libro que narra la historia de Ella-Calla, la única de nueve orangutanes que consigue huir del barco donde los han encarcelado. A partir de ahí, la narración sigue el periplo para regresar a su bosque natal en la isla de Borneo, acompañada de los recuerdos de sus compañeros de especie. El autor asegura que, aunque sea su novela más breve, también se ha convertido en la que le ha llevado “más trabajo”, en gran parte por la temática. “Fue muy duro, pero me habría costado dejarlo porque me habría sentido un poco cobarde”, reconoce.
Una novela muy animal
Joan-Lluís Lluís explica que hacía tiempo que tenía ganas de escribir una novela sobre animales y que Una cançó de pluja se presentó como la oportunidad de hacerlo. La historia nace de una visita al zoo, durante la cual el autor intercambió una mirada con un gorila detrás de un cristal. “Me pregunté qué estaba viendo él y qué podía estar pasando por su cabeza”, añade. Este episodio se unió a un segundo momento impactante para el escritor, que llegó con el recorte de un artículo. “Explicaba que habían encontrado una orangutana esclavizada y prostituida en un bosque de Borneo”, detalla, añadiendo que al saberlo dejó de escribir de inmediato. “Pensé que lo que estaba haciendo no tenía sentido, pero tampoco quería hacer un true crime basado en un hecho real”, explica, “me llevó mucho tiempo pensar cómo podía integrar una ficción total y un hecho real”. De hecho, reconoce que las primeras versiones eran mucho más duras que la final, sobre todo en lo relativo al fragmento en que Ella-Calla se topa con el horror de la crueldad humana en el corazón de la selva. “Hay un epílogo en forma de carta porque realmente sentía la necesidad de explicar cómo había ido la novela”, relata. También subraya que, aunque el mal aparece de forma “muy nítida”, también se puede encontrar luz. “Para mí era una cuestión de supervivencia”, insiste.
Creo que hacer fotos de los animales tendría que ser la máxima interacción que tuviéramos con ellos en la medida del posible, yo sería de promover una indiferencia mutua y un respeto alejado
Con respecto a la relación entre personas y animales, Joan-Lluís Lluís se muestra escéptico, a pesar de no considerarse "animalista". "Creo que hacer fotos de los animales tendría que ser la máxima interacción que tuviéramos con ellos en la medida del posible, yo sería de promover una indiferencia mutua y un respeto alejado", dice. La fábula moderna que propone el escritor llega tras un tiempo de pausa, avalado por el éxito de Junil a les terres dels bàrbars, que ganó el Premi Òmnium a la mejor novela de 2021. En esta ocasión, el autor es consciente de que quizá al nuevo libro “le cueste un poco tener una salida comercial”, pero también deja claro que la literatura no tiene por qué ser “necesariamente agradable o amable”. En cuanto a nuevos proyectos, apunta que su manera de trabajar depende de dejar que le lleguen historias a la cabeza. “Tengo muchas apuntadas y me llevan a lugares diferentes”, relata, “para mí es un proceso de exploración de unos personajes, de unos mundos y de unas épocas”. También admite que en más de una ocasión le han sugerido que debería hacer un Junil 2. “Yo les digo que no puedo, porque ya lo he hecho y no puedo volver allí”, concluye.