Hoy se ha presentado a la prensa la instalación Deconstruir el franquismo. Símbolos de la dictadura en Barcelona, que por el momento se ha instalado a la Modelo. Se trata de una obra ubicada en un contenedor hecho de madera, pensada para hacer itinerancias, que fomenta una reflexión sobre la represión simbólica durante el franquismo. El elemento esencial de esta instalación es una pantalla interactiva a través de la cual el visitante puede identificar la huella franquista sobre el espacio público. Se quiere visualizar cuál fue su impacto en su momento, y como se ha corregido hasta el momento. En esta instalación se reaprovechan 160 placas del Instituto de la Vivienda falangista que el Ayuntamiento ha retirado en los últimos tres años. Eso sí, colocones boca abajo, como muestra de rechazo al régimen franquista. Este proyecto, promovido por el Comisionado de Programas de Memoria del Ajuntament de Barcelona, ha sido dirigido por Jordi Guixé y por Núria Ricart y se podrá ver a la Modelo hasta el 15 de junio, pero sólo estará abierto los viernes, de 15h a 18h, y los sábado, de 10h a 18h.

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Los ámbitos de la investigación

Tras esta instalación hay una investigación llevada a terma por el Observatorio Europeo de Memorias (EUROM) de la Fundació Solidaritat de la UB, con el objetivo de identificar el legado del franquismo en el espacio público y de ponerlo de manifiesto. Esta investigación ha sido volcada en la instalación audiovisual interactiva. En una pantalla que representa el mapa de la ciudad se pueden localizar los lugares donde había 1.000 placas franquistas del Instituto de la Vivienda, 100 calles con nomenclatura franquista, 25 monumentos franquistas y 20 espacios dedicados al control de la población y a la represión durante la dictadura. Núria Ricart afirma que espera que esta instalación pueda ponerse en medio de la calle para explicar al mismo tiempo la represión real y la simbólica. "El espacio público tiene que explicar cosas", argumenta, añadiendo que este proyecto tiene que ayudar a los ciudadanos a preguntarse por su entorno.

El pasado y el presente

Al cliquear sobre los puntos donde había nomenclátor franquista la instalación interactiva nos remite a información sobre la evolución del nombre de las vías; se nos dice cuál era el nombre republicano, cuál fue el nombre escogido por el franquismo, y por qué nombre se sustituyó posteriormente (y cuándo). Algunos casos son muy conocidos: la Gran Via de les Corts Catalanes se tornó José Antonio Primo de Rivera... Pero sorprende más que de 1939 a 1962 la avenida dedicada al piadoso Antoni Gaudí fuera sustituida por la avenida General Primo de Rivera. En cambio, no extraña que la calle Sabino de Arana fuera sustituida, durante el franquismo, por la calle General Sanjurjo, y que acabara siendo Pi i Margall, ni que el catalanista Prat de la Riba perdiera su calle en beneficio del Príncipe de Asturias.

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Ver el pasado

La instalación interactiva también ofrece imágenes de la evolución de los símbolos franquistas, porque a los organizadores les interesaba tanto ver cómo el franquismo marcó su huella sobre el espacio público, como investigar hasta qué punto la democracia se había involucrado en cambiar este legado. Por eso, al cliquear sobre el mapa en el icono de un monumento, se ve alguna fotografía que representa como era en pleno franquismo, y se explica cuándo y cómo se retiró. Todo un recorrido, no sólo por nuestra memoria urbana, sino también por la desmemoria barcelonesa.

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Barcelona, casi sin placas

En la instalación de la Modelo se pueden ver unas 160 placas. Son una pequeña parte de las 1.330 que el Ayuntamiento ha retirado durante la última legislatura, en una iniciativa que Ricard Vinyes, Comisionado de Programas de la Memoria del Ayuntamiento, ha definido como "Una acción más contra la indiferencia" que tiene como objetivo "acabar con la impunidad falangista en el espacio público de Barcelona". En realidad, las comunidades de vecinos  sólo se han opuesto a la retirada de 18 placas, de las cuales 13 en Sarrià Sant Gervasi. En la instalación de la Modelo se puede constatar, a pesar de todo, que muchas placas ya habían sido pintadas o vandalizadas por la población. Muchas otras fueron retiradas al margen de las iniciativas institucionales.

Bloqueo electoral

La intención d'EUROM era hacer una itinerancia de este proyecto, por diferentes espacios públicos de Barcelona, y también fuera de la ciudad. A causa del calendario electoral no han podido hacer realidad este proyecto e inicialmente sólo se mostrará en la Modelo. Jordi Guixé espera, a pesar de todo, que pueda moverse mucho. Y espera que sirva para que las instituciones se planteen acciones en el ámbito del espacio público. Asegura que "no se tiene que ser tímido ni miedoso en estos temas". Y apunta que ahora se tendría que decidir, de forma valiente, qué hacer con monumentos como el de Montserrat, dedicado a los requetés, o el de Tortosa.