La Universidad de Barcelona y El Born Centre de Cultura i Memòria acogen el congreso de la Comisión Europea "Ciudadanía europea en tiempo de retos". Este congreso es organizado a través del Observatorio Europeo de Memorias de la Universidad de Barcelona. Su lema es "¡Recordar, comprometerse, debatir!" y pone especial énfasis en el análisis de la participación, de los derechos civiles y de las políticas de memoria.

Oportunidad

Este congreso se organiza en un momento en que el debate sobre la ciudadanía europea está más vivo que nunca, con el referéndum de salida de la Gran Bretaña, con los debates sobre los recortes y los rescates, con el crecimiento de los grupos ultras en Austria y en otros países y, sobre todo, con la crisis de los refugiados y todo lo que comporta (limitaciones del derecho de asilo, fin de la libre circulación...). A este congreso asisten intelectuales y activistas de toda Europa y contará con la participación de destacadas personalidades, como el filósofo Andreas Huyssen, especialista en la memoria colectiva de Alemania y Argentina, el historiador Bruno Groppo, especialista en movimiento obrero, el islamista Nader Hashemi, y la historiadora y novelista Régine Robin, que dará la conferencia de clausura sobre el estado actual de las memorias europeas.

Por el cambio

Los parlamentos de apertura han ido a cargo de Jordi Guixé, director del Observatorio Europeo de Memorias, de Francisco Fonseca Murillo, director general de Justicia y Consumo de la Comisión Europea, de Manel Vila, director general de Cooperación al Desarrollo de la Generalitat de Catalunya y Carme Panchón, vicerrectora de Organización de la Universitat de Barcelona. Todos ellos han puesto énfasis en la necesidad de recuperar el sentimiento de ciudadanía europea, de reforzar las políticas sociales y de priorizar los valores democráticos. Jordi Guixé ha alertado sobre las dificultades del momento actual y ha insistido en la necesidad de la creación de memorias que superen los límites nacionales. Esta "transculturalidad memorial" evitaría los excesos del exclusivismo y fomentaría la actuación ciudadana. Guixé ha puesto énfasis en la necesidad de cambios políticos para integrar a todo el mundo y ha pedido apoyo a los refugiados y un incremento de las políticas sociales. Manel Vila, que se ha identificado como hijo de un exiliado encerrado en un campo de refugiados, y como nieto de un republicano enterrado hasta ahora en una cuneta, ha insistido en qué "Un día nos costará explicar el silencio y la inacción ante la crisis de Siria, y de la llamada crisis de los refugiados, que no es más que la crisis de los valores europeos". Ha pedido, también, más generosidad en Europa hacia los más desfavorecidos. También Carme Panchón ha insistido en la necesidad de articular cambios socio-políticos en la Unión Europea que permitan una mayor participación. Francisco Fonseca, más moderado, ha apuntado que el momento es difícil, y que "es la hora de los valientes": es necesario fomentar el surgimiento de una sociedad civil europea, porque sin sentido de pertenencia no hay ciudadanía

De izquierda a derecha: Xavier López, Manel Vila, Carme Panchón, Francisco Fonseca y Jordi Guixé.

Contra la revolución

El concierto inaugural, a cargo de Lídia Pujol y Manel Camp, se titulaba "Haremos la revolución y la volveremos a hacer", y quería ser un homenaje a Walter Benjamin y a todos los refugiados del siglo XX y actuales. Pero la conferencia inaugural, a cargo del periodista polaco Adam Michnik, invitado por la Comisión Europea, ha ido en sentido absolutamente contrario a la proclama del concierto. Michnik, histórico opositor al comunismo, se ha preguntado si los momentos actuales son el principio del fin de la UE, y se ha mostrado muy preocupado por la difusión del nacionalismo intolerante, por el separatismo, y por el referéndum inglés. Se ha pronunciado absolutamente en contra de cualquier cambio socio-económico radical y se ha pronunciado en favor de la economía de mercado con un cierto apoyo a los más débiles. A la UE, según Michnik, no le haría falta hacer grandes reformas, sino profundizar en sus principios: serían necesarios "unos deberes bien hechos". Michnik ha alertado sobre los supuestos peligros de seguir a los que proponen la creación de un mundo nuevo, y lo ha vinculado al pensamiento nazi y al pensamiento comunista en los años treinta.

Adam Michnik

Una visión conspirativa

Michnik se ha preguntado si hoy en día tiene sentido hablar de izquierdas y derechas en la Unión Europea. Se ha mostrado muy crítico con el gobierno de su país, al que ha criticado por su xenofobia, por su ultranacionalismo y por su autoritarismo. Y ha establecido paralelismos entre el gobierno polaco y los de Hungría, la República Checa y Eslovaquia. "Estamos asistiendo al renacimiento de los discursos de los años treinta", ha alertado. Para él, "no es casual" que haya cuestionamientos simultáneos de la Unión Europea en muchos lugares, tanto desde la derecha como desde la izquierda. Ha asegurado que los intentos de "desestabilización" de la UE (y ha mencionado específicamente en Grecia), "han sido financiados e inspirados" por Putin, a quien ha criticado su "política imperial". Michnik se ha mostrado absolutamente contrario a reforzar las políticas sociales y ayudar al gobierno griego: "Es peligroso el guion griego: corromper al electorado mediante créditos de la UE. Se da la imagen de la UE como un saco de dinero donde se puede impúdicamente poner la mano y sacar dinero". Pero también ha sido muy crítico hacia la política norteamericana: "Los efectos de la victoria de Trump serían equiparables a los de la explosión de una bomba atómica". Una parte del electorado ha aplaudido su parlamento. Otra parecía claramente disconforme. El debate está abierto.