New Day es el diario que abría camino a una nueva generación de prensa impresa. No tenía web pero operaba en las redes sociales. Era políticamente neutral (una rareza en el Reino Unido) y estaba orientado a gente con poco tiempo, a mujeres profesionales y a la juventud.

Ha sido un fracaso. New Day cierra este viernes, sólo nueve semanas después de su lanzamiento.

Trinity Mirror, la mayor editora del Reino Unido (4.500 empleados, 800M€ de facturación, 325 títulos diferentes) y propietaria de New Day, alega que la difusión del diario está "por debajo de las expectativas". El grupo esperaba vender 200.000 ejemplares diarios. Sólo vende 40.000. En el periódico trabajan 25 personas.

El futuro no es impreso

New Day era el primer diario nacional nuevo en 30 años. También es el segundo que cierra después de que The Independent dejara de publicarse el pasado 26 de marzo.

A los supervivientes tampoco les va muy bien. Las ventas de la prensa nacional británica se han reducido a ocho millones de ejemplares diarios, la mitad del año 2000. Con respecto a la publicidad, principal fuente de ingresos del sector, ha caído un 16% sólo este primer trimestre del 2016, según la auditora Nielsen.

Todo apunta que el futuro de la prensa impresa no está en la prensa impresa, al menos en los países occidentales. El mercado lo sabe: las acciones de Trinity Mirror en el FTSE, el selectivo británico de la bolsa, ganaron un 7% tras difundirse la noticia del cierre.

El fracaso ha hecho buenas las críticas que ha recibido New Day desde que nació: que carecía de noticias duras, que era demasiado positivo y optimista, que era más revista que diario, que no se le hizo bastante publicidad. El error más grave, desde el punto de vista del negocio, fue el precio: vendía 140.000 copias a 0,25 peniques (31 céntimos) y cuando se duplicó el precio cayó a 40.000 copias. 

El público emigra

Sin embargo, a New Day (como a “i” la versión de The Independent para jóvenes) quizás no los haya matado tanto el proyecto editorial o su marketing sino el público, que ya no consume papel impreso. Jóvenes y no tan jóvenes se enteran de las noticias por otras vías. Desde 2004, la lectura de prensa se ha reducido de un 25,1%, según Ofcom (pdf), el organismo regulador de las telecos en el Reino Unido.

Cuanto más jóvenes, peor: sólo entre 2012 y 2013 la lectura de prensa cayó un 10% entre los británicos con edades entre los 15 y 24 años y un 8% entre los de 25 a 34 años.

La publicidad, que persigue a los consumidores, obra en consecuencia y ha reducido en un 13,4% su inversión en diarios nacionales y en un 9,5% en regionales, según datos de la Asociación de la Publicidad para 2015.

Trinity Mirror, sin embargo, no hace mucho caso de estas señales. En noviembre pasado compró el grupo de prensa Local World por 278 millones de euros. Cambiar de actitud y de modelo de negocio es complicado porque los ingresos digitales de las cabeceras tradicionales aún no compensan las pérdidas de las versiones impresas.

Futuro sólo digital

Hay también buenas noticias, sin embargo. Este jueves se ha sabido que desde que cerró la edición impresa y quedó sólo la digital, The Independent ha duplicado su redacción (ya son 90) y, según la editora ESI, ha entrado ya en beneficios. Las suscripciones a su aplicación digital ya superan las que tenían en el diario impreso.

En cualquier caso, es cuestión de tiempo que los diarios de papel que no se transformen en un producto de lujo, caro y sofisticado, desaparezcan. No pasará mañana, sin embargo. La última diligencia de los EE.UU. cerró en 1930, 45 años después de la invención del primer automóvil moderno.

La gran ironía en este caso es que la primicia del cierre de New Day la dio un bloguero de The Spectator, una revista conservadora fundada en 1828. Es la más antigua del Reino Unido publicada ininterrumpidamente, pero ha sabido ponerse al día.