El escritor Albert Sánchez Piñol (Barcelona, 1965) publica la novela El monstre de Santa Helena (La Campana), una historia de aventuras y fantasía ambientada al siglo XIX con protagonistas históricos como Napoleón. El volumen explica la vivencia de dos hijos de la aristocracia francesa, François-René de Chateaubriand y Delphine Sabran, que en 1819 se embarcan rumbo a la isla perdida Santa Elena, donde vive recluido Napoleó Bonaparte. Los dos aristócratas quieren poner a prueba su amor y, después de meses de navegación, acabarán reuniéndose con Napoleón. A la ficción, aparece un monstruo que altera el relato. Los personajes tendrán que decidir si son asesinados o bien dan el poder a Napoleón para salvarlos de la bestia.

El poder del mal

Este monstruo que trasiega la historia de Sánchez Piñol recibe el nombre de Bigcrippi y planteará el poder del mal y como se le puede utilizar cuándo se presenta la necesidad. Para el autor, este monstruo puede ser una metáfora de lo que pasa a la sociedad porque actualmente hay "muchas irrupciones en las vidas que nos obligan a decidir, por ejemplo, si sacrificamos la libertad por la seguridad". "La guerra impulsada por Putin es también un Bigcrippi", ha comentado.

La guerra impulsada por Putin es también un Bigcrippi

El argumento del relato gira en torno a la pregunta de qué pasaría si reuniéramos en una sala la belleza, la cultura y el poder y plantea un particular "duelo" entre estos tres elementos. François-René de Chateaubriand, Delphine Sabran y Napoleo Bonaparte representan estos tres elementos y a partir de la llegada del Bigcrippi alterará las relaciones de los tres personajes. En concreto, la problemática moral surgirá cuando Napoleón, que está encarcelado en la isla, se ofrezca a derrotar el monstruo a cambio de mandar y encabezar el ejército.

el monstruo de santa helena

Hablante a través del autor

En rueda de prensa, Sánchez Piñol ha explicado que los personajes han hablado "a través suyo" y que lo ha admirado cómo cada uno de ellos plantea unas ideas razonables. "Todos tienen razón, todos están locos", ha comentado. Ha expresado que la monstruosidad del Bigcrippi se contagiará a todos los personajes. De hecho, uno de los otros aspectos que le han interesado tratar es la fascinación por el mal. En el caso del personaje femenino, no podrá resistir sentir cierta fascinación por Napoleón.

Me siento muy a gusto cogiendo un escenario real y haciendo una intrusión. Era muy aburrido sólo hablar del exilio de Napoleón a Santa Helena

El autor también ha dicho que no es un trabajo histórico, sino que lo supera y explora la ficción. "Me siento muy a gusto cogiendo un escenario real y haciendo una intrusión. Era muy aburrido hablar sólo del exilio de Napoleón en Santa Elena", ha destacado. El autor ha querido introducir al personaje ficticio del monstruo para romper con la estructura narrativa de la historia. Lo hace en el momento que los dos aristócratas llegan a la isla y conversan con Napoleón. Me interesaba saber qué pasaría si reuniéramos a los tres personajes porque son arquetipos, pero no era suficiente con eso. Bigcrippi le da una nueva dimensión y crea una atmósfera".