Si el Tribunal Constitucional tuviera los ojos en todos los sitios, seguro que ya habría impugnado el perfil de Twitter de Ai Sakuma, una japonesa enamorada de la cultura y la música en catalán, que se define a ella misma como "japonesa en vía de catalanización". "Pienso diariamente en catalán. Mis profesores me enseñan las costumbres catalanas y mi primera profesora me regala el almanaque cada año, por eso me expreso con humor", reconoce Sakuma.

De hecho, al visitar su cuenta de Twitter queda patente que el catalán es mucho más que un pasatiempo por Sakuma, ya que buena parte de sus tuits los escribe en esta lengua. "Empecé a escribir en catalán para practicar, ya que en Japón no tengo muchas oportunidades para hacerlo y de esta manera me pongo en contacto con catalanes".

No obstante, aunque ahora el catalán forma parte de su día a día, chocó de forma casual con este idioma: "En un inicio estudiaba castellano, un día compré unos CDs en una tienda para mejorar mi nivel, pero cuando llegué a casa y los reproduje, no entendía nada de nada, aunque leyera los libretos".

Su profesora de castellano de entonces fue la que la sacó de dudas, los CDs que había comprado eran de Ojos de Brujo, Dusminguet y Cheb Balowski, estos últimos con canciones en catalán, por eso no entendía las letras. Ante esta curiosidad, su profesora, una chica de Valencia, le dejó otro disco en catalán, Amic, Amat de Maria del Mar Bonet. "Al oírlo me encantó, porque para mí, la sonoridad del catalán era más agradable que la del castellano y me relajó muchísimo", recuerda Sakuma.

En este momento, un nuevo mundo se le abrió y decidió estudiar catalán para entender las canciones que escuchaba, pero por un conjunto de circunstancias, Sakuma no pudo estudiar catalán ya que su profesora, que hasta entonces le enseñaba castellano, cogió la baja de maternidad. "Tenía ganas de aprender catalán para saber el sentido de las letras, pero no fue posible, tuve que esperar unos años más hasta tener la oportunidad de conocer a una profesora catalana".

Durante esta época, mientras no encontraba una profesora en Tokio, Sakuma leía los diarios catalanes en castellano para saber más cosas de Catalunya. Una lectura diaria que la llevó a descubrir la relación Catalunya – España. "En aquel momento me di cuenta de que había diferentes opiniones entre Catalunya y el resto de España. Ninguno de los profesores de castellano me lo había explicado hasta este momento y por eso llegué a pensar que no podría entenderlo si no lo estudiaba".

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Sakuma en una clase de catalán en la academia Liberarte de Tokio / A.S.

La música, su gran hobby

No obstante, el elemento principal que la llevó a iniciarse en el estudio del catalán, ahora hace 8 años, fue la música. Sakuma quería entender el significado de las letras de las canciones que día tras día sonaban en su reproductor de música. "Escucho frecuentemente Blaumut, Els Amics de les Arts, Manel, Joan Dausà, La Troba Kung-Fú, Itaca Band, La Pegatina, Txarango, Obeses... ¡En Catalunya hay muchos grupos excelentes!", celebra Sakuma.

De hecho, a pesar de los numerosos kilómetros que separan Japón de Catalunya, Sakuma ha tenido la oportunidad de ver alguno de los grupos en directo gracias a los conciertos que han dado en el país asiático. "Cuando vienen a Japón, intento ir a escucharlos". Así pues, ha podido ver a Ojos de Brujo, La Pegatina, Txarango e Itaca Band en directo en su país.

Además, Sakuma visitó hace unos años Catalunya y aprovechó para asistir a un concierto de Blaumut, un hecho que revivirá en unos meses cuando vuelva a tierras catalanas. "El objetivo principal de mi viaje será ir a un concierto de Blaumut y a uno de Els Amics de les Arts", explica Sakuma.

Unos conciertos que espera como agua de mayo aunque reconoce que, a pesar de llevar 8 años estudiando catalán, no entiende al 100% el significado de las letras de las canciones. Sin embargo, da la vuelta a este factor adverso y reconoce que "con la melodía puede imaginar libremente el mensaje de la canción".

En este sentido, pone como ejemplo las canciones de Blaumut, un tipo de música que mezcla el sonido pop y folk, canciones que califica de "haikus con música". "Sus letras no son tan detalladas, pero las melodías son muy elocuentes y me sumerjo en el mundo de fantasía". Gracias a esta inmersión, consigue romper la barrera idiomática y cultural, y empaparse de la sonoridad de las músicas y las letras de Blaumut, o de cualquier otro grupo catalán.

Castellers, Sant Jordi y gegants

De hecho, en un inicio, la música también le abrió la puerta a las tradiciones y a las fiestas populares catalanas, ya que canciones de Obeses o de La Troba Kung-Fú le enseñaron qué es la Diada de Sant Jordi o la verbena de Sant Joan. Un primer contacto con las tradiciones catalanas que amplió en la academia donde estudia catalán en Tokio, ya que cada año celebran la festividad de Sant Jordi, lo que le permite descubrir y aprender más cosas sobre la leyenda que da nombre a la festividad.

Por otra parte, Sakuma destaca que en la capital de Japón existe una organización de catalanes, el Casal Català de Tokio, que durante el año organiza diferentes actividades relacionadas con la cultura catalana, como la celebración de actividades por la Diada del Onze de Setembre.

No obstante, una de las cosas que más llaman la atención a Sakuma son los castellers. La belleza y la espectacularidad de las construcciones las vivió en primera persona hace tres años durante unas Festes de la Mercè en Barcelona y todavía mantiene bien presente el recuerdo. "Eran muy impresionantes, había visto alguna vez a los castellers a través de la televisión o internet, pero nunca en directo. Ver cómo entraban en la plaza con el pilar construido me impresionó", afirma Sakuma.

Els gegants, y sobre todo la diferencia de los vestidos que lucen, unos con aires más "nobles" y otros "más tradicionales", también la impactaron. No obstante, reconoce que todavía tiene algunas asignaturas pendientes en el ámbito de la cultura catalana, como ver en directo un correfoc, un baile de bastones y las sardanas.

Esta inmersión en la cultura catalana, le ha permitido establecer similitudes y diferencias entre las dos culturas y, aunque desde fuera puede parecer que la cultura catalana y la japonesa son bastante opuestas, Sakuma ve ciertas cosas en común.

La más importante, el poder de las estaciones. "Me parece que la cultura catalana da mucha importancia a la transición de estaciones. Por ejemplo, se celebra Sant Jordi en primavera, Sant Joan en verano, la castañada en otoño y la calçotada en invierno". Un aspecto que también es importante para los japoneses.

Además, Sakuma se muestra muy satisfecha por el intercambio cultural entre Barcelona y Japón, "muchos turistas japoneses sienten simpatía por las obras modernistas y les gusta visitarlas. Por otra parte, nuestros animes, como Bola de Drac o Mazinger Z, tienen popularidad en Catalunya".

A pesar de esta predilección por Catalunya, Sakuma confiesa que ahora mismo sería incapaz de dejar su tierra natal y empezar una nueva aventura en tierras catalanas: "Aunque me gusta Catalunya, prefiero ser japonesa. Amo mi país y teniendo en cuenta mi carácter me sería difícil vivir allí. Ya no soy joven, tengo la cabeza un poco dura". Eso sí, confiesa que no le importaría encontrar un trabajo relacionado con Catalunya que le permitiera seguir mejorando sus conocimientos.

Mientras tanto, a más de 10.000 kilómetros, esta japonesa licenciada en derecho seguirá estudiando catalán y peleándose con el uso de los pronombres débiles, mientras tararea canciones de Blaumut o Els Amics de les Arts.