Movistar Plus+ estrena hoy ‘Perejil. La guerra que no fue’, una serie documental que reconstruye la llamada “crisis del islote” de 2002 con más de 40 voces protagonistas. Entre ellas, las de José María Aznar, Federico Trillo y responsables militares de uno y otro lado del Estrecho. Un material imprescindible para entender cómo España concibe —y ejecuta— su idea de Estado.
Veintitrés años después, el conflicto del islote de Perejil sigue despertando preguntas incómodas. ¿Fue realmente un gesto heroico de defensa nacional o una demostración innecesaria de fuerza? ¿Qué intereses reales había bajo la superficie de ese peñón deshabitado en el norte de África? ¿Por qué se movilizaron los tres ejércitos por un pedazo de tierra sin habitantes y sin valor estratégico evidente?
Son cuestiones que la docuserie ‘Perejil. La guerra que no fue’, dirigida por Tian Riba y producida por Movistar Plus+ junto a El Terrat, se atreve a plantear sin eufemismos.
Un relato con muchas capas… y una sola versión oficial

El 11 de julio de 2002, Marruecos ocupó el islote de Perejil —Laila, en árabe— con una pequeña patrulla. España respondió con una operación militar coordinada por tierra, mar y aire para recuperar el enclave. La intervención fue rápida y limpia, sin bajas ni disparos. Pero el ruido diplomático fue ensordecedor.
Con un montaje ágil y un tono de thriller político, la serie nos devuelve a aquellos días en los que el Gobierno del PP convirtió un gesto simbólico en una demostración de poder. La lista de testimonios lo dice todo: Aznar, Trillo, Ana Palacio, Moratinos, Richard Armitage, militares marroquíes y diplomáticos franceses. Una alineación que muestra claramente desde qué punto de vista se reconstruye esta historia.
¿Y los otros relatos? ¿Dónde quedan las voces que no participaron en los despachos de Madrid o Rabat? ¿Dónde están los puntos de vista críticos con una acción que dejó fuera del diálogo a amplios sectores de la ciudadanía —incluidos territorios con otra visión del Estado, como Catalunya?
Perejil: un síntoma más que una causa
A pesar de su aparente neutralidad estética, ‘Perejil’ deja entrever una de las constantes de la política exterior española contemporánea: el culto a la unidad, la defensa sin matices de la integridad territorial y el uso de las fuerzas armadas como símbolo de autoridad.
Todo esto a partir de un islote que apenas aparece en los mapas, pero que sirvió como escenario perfecto para reforzar una idea de Estado que rara vez admite voces disonantes.
¿Fue Perejil una maniobra electoral? ¿Una cortina de humo? ¿Un aviso indirecto a otras tensiones internas? La serie no lo dice abiertamente, pero deja suficiente espacio para que el espectador saque sus propias conclusiones.
Un ejercicio de memoria que llega en buen momento

En plena reconfiguración del mapa político europeo y con Marruecos ejerciendo cada vez más presión en su vecindad geopolítica, revisitar un caso como Perejil puede ser tan revelador como incómodo. Las relaciones entre el Estado español y el Magreb siguen marcadas por la desconfianza, los silencios y los intereses cruzados.
Lo interesante de esta producción no es solo lo que muestra, sino también lo que calla. ‘Perejil’ es un recordatorio de cómo se construyen los relatos oficiales —y de por qué es importante mantener una mirada crítica y periférica ante ellos.
Ya disponible en Movistar Plus+
La docuserie está compuesta por tres episodios de análisis, reconstrucción y archivo, y se puede ver desde hoy mismo en la plataforma Movistar Plus+, con una suscripción mensual de 9,99 € sin permanencia.
Una propuesta que, más allá del caso concreto, invita a pensar en cómo se ejerce el poder desde Madrid, qué papel juegan las fuerzas armadas en la política exterior y cómo se silencia la disidencia desde el centro del Estado.
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