Sin piedad. El presidente ruso, Vladímir Putin, ha humillado a su jefe de espionaje por aquello que tenía que decir sobre Ucrania. El director del Servicio de Inteligencia Extranjera, Serguéi Naryshkin, ha comparecido este lunes a la reunión del consejo de seguridad del Kremlin para informar sobre su perspectiva en torno al conflicto con los ucranianos. Pero esta perspectiva no ha convencido mucho a Putin, que ha intimidado a Naryshkin con toda una serie de preguntas bastante humillantes. Las expresiones de nerviosismo del jefe de espionaje lo dicen todo, tal como se puede ver en el vídeo con subtítulos en inglés compartido en las redes sociales por el periodista ruso Peter Liakhov.

En el vídeo se ve como Naryshkin habla sobre cuál es el camino que tiene que seguir Rusia en el conflicto con Ucrania. "En el peor de los casos, tenemos que tomar la decisión que estamos discutiendo hoy", dice el jefe de espionaje, haciendo referencia al reconocimiento de la independencia de Donetsk y Lugansk. Pero el mensaje no le queda claro a Putin: "¿En el peor de los casos? ¿Qué quieres decir eso? ¿Tenemos que empezar negociaciones o reconocer su soberanía?". Ante estas preguntas, el nerviosismo invade el cuerpo de Narixkin, que no sabe qué decir. Lejos de tranquilizarlo, el presidente ruso no tiene nada mejor a hacer que gritarle: "¡Habla con claridad!".

En medio de la presión, el jefe de espionaje intenta responder como puede: "Daré apoyo a la propuesta de reconocimiento de...". Error. "¿Darás apoyo o das apoyo? ¡Habla con claridad, Serguei!", lo interrumpe Putin. "Doy apoyo a la propuesta de...", intenta continuar. Pero otra vez, error. "¡Sí o no!", dice el presidente. Como puede, Narixkin continúa su intervención: "Sí, doy apoyo a la propuesta de entrada de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk en la Federación Rusa".

Pobre hombre... Nadie había hablado de ninguna entrada de Donetsk y Lugansk dentro de la Federación Rusa. Algo que Putin le recuerda: "No estamos hablando de eso. Estamos hablando de reconocer su independencia o no". Y ahora sí, Naryshkin consigue acabar con esta pesadilla: "Sí, doy apoyo a la propuesta de reconocer su independencia". Putin acepta las palabras de su jefe de espionaje, le da las "gracias" y da paso a la siguiente intervención. Punto final de la humillación.