En el Madrid político se vive un enroque españolista. Una de las muestras han sido hoy los pasillos del Congreso de los diputados. El portavoz del Gobierno español, Íñigo Méndez de Vigo, ha defendido la posición ejecutivo sobre las obras de arte de Sijena, y, cuando se ha referido a Àngel Ros, ha apelado de forma repetida al alcalde de Lérida, denominación que no es oficial. La oficial es Lleida. Y Méndez de Vigo es el ministro de Cultura.

En la transición política, se adoptó la norma no escrita entre los políticos españoles de citar los topónimos catalanes en catalán, en un momento de apertura autonómica. Con la crisis de la transición, se está produciendo un retroceso del reconocimiento idiomático y un reforzamiento del españolismo. I Lleida, en España ha vuelto a ser Lérida.