A principios de mes se detectó un brote de coronavirus en un mercado de pescado en Sri Lanka. En consecuencia, el producto ha caído en picado en el mercado local, ya que los ciudadanos tienen miedo de poderse contagiar.
Se da el caso, sin embargo, que en este país cerca de un millón de personas vive de esta actividad, que es la principal fuente de proteína de la población.
Esta situación a llevar a los pescadores a pedir una campaña al gobierno del país para que explicara a la población local que el virus no se transmitía del pescado a las personas.
En este contexto y para revertir esta tendencia, el ministro de Agricultura, Mahindananda Aluthgamage, ha comparecido este martes en una rueda de prensa donde ha defendido las virtudes de este producto con un pescado en la mano crudo.
Ahora bien, ha querido dar un paso más allá y para demostrar que no está contaminado. Por este motivo, ha clavado un mordisco al difunto animal como muestra que el pescado es comestible en su país.