Bashar al-Asad, el expresidente sirio depuesto en 2024 tras más de una década de guerra civil, vive actualmente exiliado en un lujoso rascacielos de Moscú, según ha revelado el semanario alemán Die Zeit. Conocido como “el Carnicero de Siria” por su papel en la represión sangrienta de su pueblo, Al-Asad pasa horas frente a la pantalla jugando a videojuegos online, en un giro surrealista para quien hasta hace poco encarnaba un régimen acusado de crímenes de guerra y uso de armas químicas.

Tras la caída de su régimen, Al-Asad ha sido acogido por Rusia, donde vive bajo la protección del presidente Vladímir Putin. Desde su apartamento, disfruta de vistas privilegiadas de Moscú y, además, tendría acceso a una villa a las afueras de la ciudad. Fuentes citadas por la publicación alemana indican que también visita un centro comercial situado bajo el mismo edificio. A pesar de su afición a los videojuegos, Die Zeit no especifica a qué juegos juega ni si compite con otros usuarios que desconocen su identidad.

Al-Asad llegó al poder en el año 2000, sucediendo a su padre, Hafez al-Asad, y generó al principio algunas esperanzas de reforma. Pero su gobierno se caracterizó por una represión implacable y una guerra civil devastadora que dejó cientos de miles de muertos. Con el apoyo militar de Rusia, el régimen resistió durante años, pero las continuas denuncias de ataques a civiles y crímenes contra la humanidad, así como el estallido de una revolución armada, acabaron derrocándolo del poder.