Después de un año y medio conviviendo con la pandemia del coronavirus, este año, este 8 de septiembre, coincidiendo con el Día Mundial de la Fisioterapia, los profesionales del sector dedican la jornada al coronavirus persistente. Por este motivo, entrevistamos y conversamos con el decano del Colegio Oficial de Fisioterapeutas de Catalunya, Ramon Aiguadé (Balaguer, 1968).

Decano Ramon Aiguadé (1)

¿Cuál es la importancia de la fisioterapia?

La fisioterapia siempre digo que es el gran desconocido de la sanidad catalana, de la sanidad en general. Realmente la gente no conoce lo que puede aportar la fisioterapia al bienestar de las personas y a la salud de las personas y, por lo tanto, es una gran desconocida. Desde el colegio pensamos que hay que explicar a la sociedad qué hacemos los fisioterapeutas y qué podemos aportar a la salud, porque cuando la gente lo conoce, es un producto que la gente compra y que nos ayuda a las personas, que es su razón de ser.

Venimos de un año y medio de pandemia. ¿Considera que la tarea de los fisioterapeutas en los hospitales ha sido lo bastante reconocida?

La pandemia ha puesto a los fisioterapeutas a primera línea y nos ha destacado como profesionales sanitarios, que es lo que somos. La nuestra es una carrera universitaria de 4 años como mínimo de estudios y es una profesión contemplada a la ley de ordenación de las profesiones sanitarias, pero ha sido muy vinculada, probablemente por su evolución histórica vinculada al ámbito del deporte, en otros ámbitos.

¿Dónde ha sido más esencial su presencia?

La pandemia nos ha situado a primera línea como profesionales de la salud. La pandemia ha destacado la figura del fisioterapeuta como personal sanitario, presente en las UCI's, en los hospitales, pero también haciendo tareas que no son necesariamente las suyas propias, como realizar PCR's, por ejemplo, o tareas de rastreo de los pacientes, otro trabajo importante que han hecho en la pandemia. La pandemia ha favorecido que se sitúe la fisioterapia en el lugar donde le corresponde. Querría destacar también el trabajo realizado por las clínicas de fisioterapia que siguieron atendiendo a los pacientes de sus enfermedades y de las consecuencias del propio confinamiento en una situación de mucha incertidumbre y de desconocimiento del virus

¿Qué valoración hace el Colegio de esta etapa que llevamos arrastrando tan difícil?

Se ha destacado el papel de la fisioterapia no sólo como primera intención, es decir atendiendo pacientes enfermos de Covid-19 y todas sus consecuencias, sino que ha destacado también la aportación que hace la fisioterapia con pacientes con Covid-19 persistente, donde la fisioterapia puede aportar muchísimo y a menudo todavía, es un campo para destacar y para reconocer. Es necesario que la gente conozca qué aporta la fisioterapia en esta patología que todavía es muy desconocida, pero está muy presente en la sociedad, que es la Covid-19 persistente, por eso este año dedicamos el Día Mundial de la Fisioterapia a esta patología, a esta realidad.

El Colegio ha reclamado que el sistema público y, especialmente la atención primaria, necesita a más profesionales. ¿Ven la voluntad por parte de las administraciones de incorporar a más fisioterapeutas?

De entrada parece que sí. Con la anterior conselleria teníamos el tema muy avanzado, con el actual conseller con sede parlamentaria se ha manifestado esta voluntad. Ahora habrá que pasar de las palabras a los hechos y esperamos que eso sea una realidad próxima, pensante sobre todo en el bienestar del paciente. El gran cambio de la sanidad catalana vendría de la mano de la incorporación de fisioterapeutas en la atención primaria. Sobre todo en algunos ámbitos concretos como podría ser de la traumatología, fisioterapia respiratoria, de la pediatría o de la geriatría, donde el fisioterapeuta puede aportar muchas cosas.

El gran cambio que tendría que hacer la sanidad catalana es la incorporación de fisioterapeutas en el ámbito de la atención primaria

¿Qué implicaría la incorporación de nuevos profesionales al servicio público sanitario?

Habitualmente, el circuito que hace un paciente con un esguince de tobillo es ir al médico de cabecera, este normalmente le pauta unos antiinflamatorios o unos analgésicos, a menudo no funcionarán y el paciente tiene que volver. Le pedirán pruebas complementarias, y lo acabarán derivando al médico especialista, al traumatólogo, que probablemente le volverá a cambiar la medicación y le dará una pauta diferente. Finalmente, este acabará en el fisioterapeuta. Todo este proceso habrá durado tanto de tiempo, que este paciente habrá acabado con una intervención quirúrgica o tendrá muchos números de acabar. Nosotros lo que planteamos es que haya una derivación directa al fisioterapeuta, que como profesional sanitario es plenamente capacidad de derivar si hace falta al médico especialista, al médico de cabecera o a otro profesional para que pueda atender a este paciente, con lo cual disminuiríamos mucho las listas de espera y mejoraríamos mucho la calidad de la asistencia de los pacientes.

Este año, el Día Mundial de la Fisioterapia está dedicado al coronavirus persistente. ¿Qué se ha descubierto hasta ahora con respecto al tratamiento del coronavirus con relación a la fisioterapia y cómo ayuda a esta modalidad terapéutica al paciente?

Hay un grupo de pacientes que les afecta de una manera más destacada. Y, notablemente, dentro de este colectivo con Covid-19 persistente se destacan muchos profesionales sanitarios. Hay un alto porcentaje de profesionales que han sufrido la enfermedad. En este sentido los problemas respiratorios que sufren estos pacientes que se cronifican con el tiempo son susceptibles de ser tratados mediante fisioterapia respiratoria, aumentando las capacidades respiratorias, los volúmenes respiratorios, entre otros. Aumentar la capacidad respiratoria del paciente y, después, aumentar la capacidad del esfuerzo a través de la actividad física terapéutica, marcando unas progresiones adecuadas del ejercicio que tiene que hacer al paciente, consiguiendo que se vaya readaptando a su actividad diaria o a su actividad deportiva o lúdica.

Como colectivo, los y las fisioterapeutas llevan años luchando contra el intrusismo. Explíquenos cuál es la problemática y qué se está haciendo desde el Colegio al respecto.

La fisioterapia sin ningún tipo de duda es la profesión sanitaria que sufre más intrusismo. A menudo, ha sido un tema tolerado por las mismas administraciones, es decir si hubiera alguien que sin tener el título de médico se pusiera a hacer una cirugía o hacer determinadas acciones, automáticamente las administraciones actuarían y no lo permitirían. En cambio en el ámbito de la fisioterapia, hay un elevado número de personas que tienen otras formaciones que no son universitarias, que no tienen ningún requisito ni ninguna garantía detrás, y que se atreven a hacer cualquier tipo de intervención que es propio de los fisioterapeutas. Este intrusismo pone en riesgo a la sociedad. Las administraciones tendrían que velar para que la atención que se ofrece a la sociedad y a los pacientes sea una asistencia de calidad o atención cualificada.

La fisioterapia sin ningún tipo de duda es la profesión sanitaria que sufre más intrusismo

Desde el Colegio hay dos grandes vertientes, una de denuncia a las administraciones y que a menudo ha resultado poco eficaz y una segunda línea de actuación encaminada a concienciar a la sociedad, concienciar al paciente que escoja bien el profesional sanitario, que verifique los requisitos que la persona que lo atenderá y que tenga el título así como el hecho que esté colegiado.

¿Así pues, cómo pueden los ciudadanos reconocer un buen centro de fisioterapia?

Un buen centro de fisioterapia tiene una placa del Colegio que lo identifica y los profesionales que trabajan tienen que ser profesionales colegiados. La colegiación en Catalunya y en España es obligatoria para todos los profesionales sanitarios. Justamente es una cosa que distingue de otras profesiones. La ley lo que hace es garantizar a la población que los profesionales que están atendiendo cumplen un código ético, deontológico, que tienen el título adecuado.

Como profesión sanitaria, la fisioterapia es relativamente joven. ¿Cuáles son los retos actuales de la profesión y qué futuro cree que le espera?

El primer reto de la profesión es tener una mayor presencia a la sanidad pública, en especial dentro de la atención primaria: es el gran reto de futuro. Porque también la sanidad pública es una ejemplificación para la sociedad. Aquello que se hace a la sanidad pública es después demandado a la sanidad privada. Que haya fisioterapeutas a la sanidad pública, igual que pedimos hora a una enfermera o a un médico en mi cat salud, también se tendría que poder pedir hora al fisioterapeuta para poder ser atendido de una forma adecuada.

Este sería un reto social y también habría un reto profesional que pasaría por la especialización, por la creación de las especialidades en fisioterapia que es una de las pocas profesiones sanitarias que no tiene especialidades. Todos entendemos que si tenemos un problema de corazón iremos a un cardiólogo y no a un médico generalista. Eso con fisioterapia no pasa, aunque algunos se han ido especializando con diferentes ámbitos, no hay especialidades reconocidas ni reguladas como están el resto de profesiones sanitarias.