¿"Si algún día sufro alguna enfermedad que no me permite expresar el tratamiento que quiero recibir, quien decidirá por mí"? Esta pregunta inquieta a mucha gente y, por eso, cada vez son más las personas que optan por resolverlo registrando el llamado documento de voluntades anticipadas (DVA).

En estos documentos, se dejan por escrito las instrucciones sobre los tratamientos médicos que desean recibir si una enfermedad les impide expresar su voluntad

Los últimos datos disponibles del Departament de Salut de la Generalitat, correspondientes al año pasado, indican que en todo el 2017 se registraron 9.251 documentos, el 11% de todos los registrados hasta ahora. Eso significa que ha aumentado todavía más la tendencia que se seguía desde el año 2007, cuando la media de documentos registrados era de una veintena diaria.

Desde junio del 2002, cuando se puso en funcionamiento el Registro de voluntades anticipadas del Departament de Salut de la Generalitat, hasta el 31 de diciembre del 2017, se han depositado 84.139 DVA.

Para determinados sectores de la ciudadanía, la realización del documento de voluntades anticipadas ha dejado de ser un hecho excepcional

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Por sexos, el porcentaje total de mujeres que han registrado un DVA sigue siendo significativamente superior (67%) al de los hombres (37%). Por edades, aunque las personas que hacen y registran el DVA son mayoritariamente personas mayores, el 35% de las mujeres y el 37% de los hombres que lo han llevado a cabo tienen menos de 60 años. Con respecto a la nacionalidad, el 83,55% de documentos son de personas con nacionalidad española y el 16,45%, de extranjeras.

Por demarcación, en Barcelona hay registrados casi el 78% de todos los DVA. En Tarragona, más del 8%; en Lleida cerca del 4%; y en Girona cerca del 10%. Barcelona, Manresa, Vic, Sant Cugat del Vallès y Girona son las ciudades con más DVA registrados.

El DVA, en tres pasos

1. Asesoramiento: Es muy recomendable asesorarse antes de redactar el documento de voluntades anticipadas. Se puede hacer directamente a vuestro médico o con el personal de enfermería, entre otros.

2. Validación: El DVA se tiene que validar para garantizar la identidad, la conformidad del titular, etc. Se puede validar delante de un notario o con la firma de tres testigos mayores de edad, dos de los cuales no pueden tener relación de parentesco ni patrimonial con la persona titular.

3. Llevar el documento al centro sanitario: Una vez redactado y validado, el DVA se tiene que llevar al centro sanitario donde somos atendidos a fin de que quede constancia y para que lo envíen al Registro General del Departamento de Salud de la Generalitat. Así, el DVA se inscribirá en la historia clínica del paciente, respetando las garantías legales de confidencialidad.

Hospital Clínico ACN

No hay un formato fijo de documento, sino varios modelos. Uno de ellos, el elaborado por el Comité de Bioética de Catalunya, que se puede conseguir en la web canalsalut.gencat.cat o a los centros de salud.

El paciente decide

En un DVA se pueden detallar varias preferencias en relación al tratamiento médico y asistencial. Un ejemplo habitual, son las voluntades expresadas por las personas que no quieren que se los prolongue la vida de manera artificial, de tal forma que no quieren recibir tratamientos ni terapias poco contrastadas, o que expresan que no se los traslade del sitio donde residen en sus últimos instantes de vida. En los mismos documentos, se puede manifestar el deseo de hacer donación de órganos, y sirven tanto para orientar la práctica respetuosa de los profesionales sanitarios como para disipar las dudas y las angustias de los familiares.

El Departament de Salut de la Generalitat vela para que estas voluntades sean conocidas y respetadas

En el espacio digital Mi Salud, se encuentra información personal de salud como diagnósticos, informes clínicos o resultados de pruebas, así como el DVA, si se ha registrado previamente.

Desde un punto de vista legal, la posibilidad de expresar de una manera anticipada y consignar la voluntad de cómo quiere ser atendido es uno de los principales derechos que la ley reconoce al ciudadano.

Según un estudio reciente, en la mayoría de casos, el DVA fue consultado y se respetaron las indicaciones que figuraban; también se concluye que los pacientes que disponen de DVA (si todavía mantienen la capacidad para hacerlo) participan más en la toma de decisiones, y estas son mejor aceptadas por el equipo asistencial.

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