Según el diccionario, un mosaico es una composición hecha a partir de elementos o materiales diversos que, agrupados, forman una sola pieza artística o decorativa. Si la DO Costers del Segre es un mosaico vinícola de las tierras de Ponente, es precisamente por el mismo motivo: porque se trata de un mosaico de siete territorios distribuidos a lo largo de toda la cuenca del río Segre y del Pirineo leridano que, agrupados, forman una entidad propia en el panorama vitivinícola en la provincia de Lleida.

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Un retablo de siete subzonas

El hecho más singular de los vinos de Costers del Segre es el terreno y el clima en el cual se cultivan las casi 4000 has de viñas repartidas en las siete subzonas de la DO, todas de diferente paisajística pero con un origen en común: la cuenca media del río Segre, entre el Pirineo y el Ebro, y el clima interior y seco, alejado de la influencia marítima y marcado por una insolación elevada, una pluviosidad escasa y persistente humedad de las nieblas de invierno. Todas las subzonas forman parte de las tierras de Lleida, desde la parte central de la cuenca del río Segre, entre el Pirineo y la sierra de Prades, pasando por el Montsec. Este contraste territorial provoca que dentro de la misma Denominación de Origen existan viñas situadas además de 1000m de altitud y de otros, en cambio, plantadas a escasos 200 m sobre el nivel del mar.

Cuatro de las siete subzonas de la DO Costers del Segre pueden considerarse "viticultura de montaña", sobre todo las subzonas de Artesa de Segre y del Pallars -las más septentrionales-, con los viñedos de mayor altitud e influencia pirenaica. Raimat, en el extremo oriental, tiene un relieve suave y clima continental; la subzona del Segrià, en la Plana de Lleida, es característica de tierras de secano; Las Garrigues y las Valls del Riucorb, en cambio, son tierras áridas con bajo contenido de materia orgánica.

Vinos que expresan la riqueza de mil paisajes

Los siete paisajes de la DO presentan características climáticas particulares dada la orografía y la altura de las viñas, dotando de una personalidad diferente a cada uno de ellos y permitiendo la convivencia armoniosa de todos ellos. En el conjunto de la DO, las variedades blancas predominantes son las tradicionales: Macabeo y Parellada. Eso hace que los blancos de la región de Costers del Segre sean unos vinos de perfil más clásico, es decir, ligeros, afrutados y acidulados. La exitosa aclimatación del Chardonnay en la región ha abierto la puerta a vinos de características más modernas, sean vinos jóvenes o fermentados con bota de roble, porque presentan una mayor estructura y se hace más presente su carácter varietal. Entre las variedades negras predominan el Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah y Pinot Noir, pero también se cultivan las variedades tradicionales, sobre todo el Tempranillo, la Garnacha y el Trepat. Dentro de los matices lógicos que el suelo de cada territorio imprime en sus uvas, los vinos tintos de la DO Costers del Segre se caracterizan porque tienen un aroma potente y un sabor equilibrado, a la vez que ofrecen una buena expresión tánica y en boca resultan sabrosos, anchos y estructurados.

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La sostenibilidad, un elemento identitario

Con relación a las prácticas de cultivo, se busca el máximo respeto por el equilibrio fisiológico de la planta de manera que sean respetuosas con el medio ambiente. De igual manera, se ponen en práctica todos los conocimientos agronómicos con el fin de obtener una uva en las mejores condiciones para su vinificación. Los viticultores son partícipes de estos triunfo, ya que parte del éxito de la DO Costers del Segre se encuentra también en la modernidad de la viticultura que se practica, que tiene el objetivo de producir vinos con un proceso respetuoso con el medio y sostenible económica y socialmente. De hecho, en las tierras de ponente está la primera denominación de origen que tiene un sistema de sostenibilidad elaborado por los mismos profesionales.

Además del respeto por el medio ambiente y la concienciación ecológica, la calidad es el otro gran puntal de todos los vinos DO Costers del Segre. Así pues, con el fin de poder certificar que los vinos que pertenecen a la DO Costers del Segre son vinos de calidad, el Consejo Regulador establecido una normativa de calificación de vinos: el proceso de calificación implica la verificación de la conformidad de los vinos presentados con las condiciones de producción y elaboración que se establecen en el Reglamento de la DO Costers del Segre, así como la superación de los exámenes analíticos y organolépticos reglamentarios.

Tres rutas para complementar la ruta del vino: la del aceite, la del Tren de los Lagos y la del Císter

Que la DO Costers del Segre es un viaje por el paisaje, la gastronomía y el patrimonio de las tierras de ponente es una cosa ya sabida, pero uno de los atractivos más especiales a la hora de descubrir esta denominación de origen es complementar la experiencia enoturística con alguna de las muchas rutas existentes en la provincia de Lleida. Una de ellas es, indudablemente, la ruta del aceite DOP Garrigues. Aquí se produce uno de los aceites más preciados de la Península Ibérica, con distintivo de Denominación de Origen Protegida y que, junto con el vino, el cereal, la fruta y los frutos secos es una de las joyas gastronómicas y culinarias surgidas del Ponente catalán.

DOP los chaparrales olivas territorio

Además del cultivo de la viña, la DO Costers del Segre convive con territorios como Les Garrigues, epicentro del aceite DOP Garrigues, reconocido mundialmente.

Descubrir la DO Costers del Segre en coche, haciendo la ruta por Raimat-Castell del Remei-El Vilosell-La Pobla de Cèrvoles, es una opción para saborear vinos de cuatro bodegas de prestigio dentro la DO, pero subir hacia el norte y combinarlo con una experiencia como el Tren de los Lagos es una alternativa muy apasionante: se trata de partir de Lleida y coger el histórico Tren de los Lagos hasta la Pobla de Segur, pasando por Balaguer, Àger y Tremp y, por lo tanto, descubriendo la zona a partir de actividades culturales, gastronómicas o deportivas.

Para acabar, la visita a algunas bodegas de la DO, sobre todo los que se encuentran en una zona más meridional y en la orilla norte del Francolí, es combinable con la Ruta del Císter, una ruta que va de Santes Creus a Vallbona de les Monges, pasando por Poblet, y que comprende también territorios de la DO Penedès y la DO Conca de Barberà. El tramo que pertenece a la DO Costers del Segre, el de la subzona Valle del Corb, tiene una historia vitivinícola centenaria y muy ligada a la vida monástica cerca de pueblos como Vallfogona de Riucorb, Verdú o, evidentemente, Vallbona de les Monges.

 

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