El acné se encuentra entre las enfermedades de la piel más comunes en todo el mundo y afecta a millones de personas en todo el mundo. Pero, aunque parezca mentira, existe un cierto desconocimiento acerca de su formación. Se sabe que los folículos pilosos ayudan en el desarrollo del grano, pero una nueva investigación llevada a cabo por la Universidad de California sugiere que las células de la piel fuera de estos folículos pilosos juegan un papel más importante de lo que se pensaba.

Estos hallazgos pueden transformar la forma en que tratamos el acné”, asegura Richard Gallo, presidente del Departamento de Dermatología de la Facultad de Medicina de Universidad de California. “Anteriormente, se pensaba que los folículos pilosos eran los más importantes para que se desarrollara el acné. En este estudio, observamos las células fuera del folículo piloso y descubrimos que tenían un efecto importante en el control de las bacterias y el desarrollo del acné”.

Las células se llaman fibroblastos, comunes en los tejidos conectivos de todo el cuerpo. En la piel, producen un péptido antimicrobiano llamado catelicidina, que juega un papel clave en el desarrollo del acné. Para contrarrestar una infección dentro de un folículo piloso, la piel circundante se somete a un proceso llamado adipogénesis reactiva en el que los fibroblastos se transforman en células grasas. La catelicidina también se produce para ayudar a combatir la infección al suprimir las bacterias que pueden causar acné.

Mujer con acné

El equipo de investigación realizó biopsias de piel en pacientes con acné tratados durante varios meses con retinoides, una clase de sustancias químicas derivadas de la vitamina A que promueven la salud de la piel. Para sorpresa de los investigadores, el fármaco mejoró la expresión de catelicidina después del tratamiento, encontrando así un mecanismo adicional desconocido por el cual los retinoides ayudan a tratar el acné.

Para respaldar estos hallazgos, los investigadores estudiaron las lesiones cutáneas en ratones inyectados con la bacteria que causa el acné y observaron respuestas similares al tratamiento en los ratones.

“La expresión tan alta de catelicidina en tejido de biopsia de acné fue un hallazgo muy interesante para nosotros”, aseguran. “Saber esto será útil para desarrollar una terapia más específica para tratar el acné”.

Actualmente, el tratamiento con retinoides se centra en controlar el desarrollo de lípidos en las células de la piel. Un efecto secundario importante de estos fármacos son sus efectos teratogénicos, que provocan anomalías fetales en las personas embarazadas. Esto limita el uso de estos medicamentos solo a casos severos. El equipo de investigación espera que estos hallazgos puedan ayudar a desarrollar un enfoque más específico para tratar el acné.

Esta investigación podría ayudar a identificar nuevas opciones de tratamiento que se dirijan específicamente a la capacidad de los fibroblastos para producir catelicidina, creando así una terapia para el acné que sería más selectiva con efectos secundarios potencialmente menos dañinos.