Con el cambio climático que estamos viviendo desde hace ya tiempo, algunos meses como febrero o marzo están siendo más calurosos de lo habitual. Una de las consecuencias directas de ello es que, sobre todo durante las horas intermedias del día, tenemos la posibilidad de tomar el sol, un placer que además aporta mucho de positivo a nuestro organismo. Sabemos de los riesgos y las precauciones que hay que tener en cuenta a la hora de exponernos al sol, no obstante hoy nos queremos enfocar en lo positivo, como por ejemplo esto:
Mejora la imagen de la piel
Exponernos al sol de forma moderada mejora el aspecto de la piel y tiene un efecto beneficioso en el tratamiento del acné, la psoriasis y otras enfermedades dermatológicas comunes. Dichos beneficios se complementan con los frecuentes baños en el agua del mar, lo cual en estos meses frescos todavía es complicado. Las horas de sol menos agresivas son las ideales, lo cual varía en función de la época.
La piel mejora con el sol
Disminuye la presión arterial
Otro beneficio más de tomar el sol es que reduce la presión sanguínea y reduce el riesgo cardiovascular. El motivo principal es que el sol es un vasodilatador muy efectivo que aumenta la circulación de la sangre en nuestro cuerpo. La tensión baja en general cuando tomamos el sol.
Mejora la calidad del sueño
La explicación a la mejor de la calidad del dormir es que los rayos del sol tienen un efecto positivo en la hormona melatonina, que es la encargada de regular el sueño.
Los niveles de esta hormona aumentan durante la noche, cuando no hay luz, y se disminuyen cuando sale el sol, favoreciendo un sueño que proporciona bienestar. Por eso, en verano aunque hayamos dormido menos estaremos más activos.
El sol, beneficioso para el cuerpo
Ayuda la síntesis de la Vitamina D
La mayoría de las ventajas de estar expuestos al sol se asocian a la producción de Vitamina D, una vitamina muy importante para la mineralización de nuestros huesos, al favorecer la absorción en el intestino del calcio y el fósforo, a la vez que evita su pérdida en el riñón.
Aunque la mayoría de las vitaminas las ganamos a través de los alimentos, la vitamina D tiene la característica de fabricarse cuando la piel está expuesta al sol. Con solo unos minutos de exposición al sol, dos o tres veces por semana, es suficiente para recargar los niveles de Vitamina D. Es una forma cómoda y rápida de fortalecer tus huesos, a la vez que aprovechamos para obtener el resto de beneficios de exponernos al sol.