Frío para quemar grasa y ganar salud. ¿Sabías que puede ser tu mejor aliado cuando quieres perder peso? Te contamos por qué.

Aunque es verdad que no todos tenemos la misma percepción del frío, sí es cierto que nuestro organismo necesita mantener una temperatura determinada para su buen funcionamiento. Es más, parte de las calorías que ingerimos están destinadas al mantenimiento de la temperatura corporal.

El cuerpo intenta mantener nuestra temperatura corporal en 37 grados

A través de la homeostasis el cuerpo intenta mantener nuestra temperatura corporal en 37 grados a pesar de las variaciones ambientales. Si la temperatura exterior es más fría, el cuerpo tiende a regular su temperatura interna.

Frío para quemar calorías

Este proceso para equilibrar temperaturas y compensar lo frío de la temperatura exterior va a implicar un gasto del consumo energético total. Dicho de otro modo, hay estudios que defienden que si la temperatura exterior es adecuada, el cuerpo no necesita consumir energía para cubrir dicha necesidad.

Cuando la temperatura exterior desciende, el organismo pone en marcha una serie de procesos para obtener la temperatura adecuada y mantener el calor corporal. ¿Es esto realmente así? Es evidente la relación existente entre gasto calórico y práctica de ejercicio físico.

Frío quemar grasa
Frío quemar grasa

¿Qué podemos decir de la relación entre el frío y gasto calórico?

Existen estudios que defienden esta relación y ofrecen métodos para perder peso. ¡Ojo! Cada uno de estos puntos habría que analizarlos detenidamente. Y varían en cada individuo. De hecho, en torno al gimnasio hay multitud de verdades a medias con las que hay que tener cuidado.

Además, son medidas que han de estar incluidas en un plan global de salud y pérdida de peso llevado por especialistas. Y que combine una alimentación equilibrada y la práctica de actividad física. Bebidas frías, alimentos fríos, duchas frías y vendas frías.

Cómo ponerlo en práctica

  • Vivir en ambientes no muy calurosos.
  • Bajar la calefacción central de los edificios climatizados.
  • No dejar de hacer ejercicio físico en el exterior durante la temporada de invierno.
  • Adaptar la alimentación a la temperatura y la actividad física.

Se han realizado y se siguen realizando numerosos estudios e investigaciones sobre cómo se activa el tejido adiposo pardo o marrón a bajas temperaturas. De forma que no solo se queman calorías al realizar el ejercicio físico, sino también por la activación de este tejido.

Es importante conocer los procesos biológicos, saber qué alimentos son recomendables durante temporadas frías, tener información sobre formas de hacer ejercicio físico… Todo esto nos puede ayudar a seguir con nuestro plan de pérdida de peso sin que el invierno suponga un obstáculo para ello.

Es más, el frío más que nuestro enemigo es nuestro aliado. Es obvio que si no estás acostumbrado a entrenar cuando la temperatura es baja se deben tomar medidas. Sobre todo para que el sudor no se enfríe. Tomando las precauciones necesarias el riesgo de resfriado es inexistente.