Si algo caracteriza la sociedad actual frente a otras épocas de la historia es el uso de Internet y las redes sociales y el tremendo escaparate que supone el hecho de que millones de personas en todo el mundo compartan sus vidas a través de ellas. Pero, esta sobreexposición que no se ha dado en otras épocas de la historia, ¿a qué responde y que consecuencias puede tener? Pues a la segunda pregunta ya hay muchos estudios que han respondido y en general destacan que se debe hacer un uso responsable de las redes sociales porque puede haber consecuencias psicológicas negativas, sobre todo entre los más jóvenes.

Las consecuencias del uso de las redes sociales según los estudios

Un ejemplo es esta investigación que ha sido llevada a cabo en Estados Unidos por expertos de las Universidades de San Diego, La Florida, Lynn y Pomona. En ella se concluye que se ha experimentado un importante aumento en el número de adultos jóvenes y adolescentes que aseguran haber experimentado síntomas psicológicos negativos –depresión, pensamientos suicidas y trastornos psicológicos– en el año 2011 y posteriormente, lo que coincide con el período en el que las redes sociales irrumpen y se consolidan como un elemento imprescindible en su vida. 

Y a la primera pregunta, es decir, por qué decidimos compartir información, este estudio publicado en el Journal of Experimental Psychology dirigido por investigadores de la Universidad de Pensilvania, Danielle Cosme y Emily Falk concluye que las personas comparten información que sienten que es significativa para ellos mismos o para las personas que conocen. De esta forma, se establece una viralidad basada en el valor que representa para otras personas.

Redes sociales en el móvil / Unsplash
Redes sociales en el móvil / Unsplash

Información que interesa

Los expertos creen que analizar los ingredientes psicológicos que hacen que una persona comparta una publicación en las redes sociales puede ayudar a los científicos a compartir datos relevantes y así difundir mensajes necesarios sobre cuestiones como el cambio climático o a los médicos a disipar los mitos sobre la salud. Porque las personas prestamos más atención a la información que nos atañe, que tiene que ver con nosotros.

Un ejemplo fue el de la pandemia. Al comienzo, necesitábamos difundir rápidamente información precisa sobre lo que estaba pasando, cómo protegernos nosotros mismos o cómo protegernos unos a otros, según los expertos. De esta forma, la difusión de información dentro de las redes sociales puede tener un gran impacto para cambiar nuestro comportamiento individual y nuestro comportamiento colectivo a través del cambio de nuestras percepciones de lo que es normativo. La difusión de información precisa empodera a las personas para unirse y actuar.

Además, compartir información activa los centros de recompensa en nuestro cerebro. Y cuando nos comunicamos con los demás, consideramos lo que la otra persona está pensando o quiere escuchar, una cualidad conocida como relevancia social, por eso nos gusta exhibirnos en las redes.