La anemia no es una condición que dé siempre la cara. De hecho, la mayor parte de las personas que la sufren se enteran de que están faltos de hierro cuando acude al médico o al hacerse un análisis de sangre.

A continuación vamos a ver cuáles pueden ser algunos signos que ofrecen pistas de que se puede estar sufriendo anemia.

Estás exhausta

El síntoma más común de la deficiencia de hierro, también es posiblemente el más difícil de detectar. Las mujeres están tan acostumbradas a tener vidas tan frenéticas y a sentirse tan cansadas que a menudo descartan el cansancio como parte de la vida. Sin embargo, la deficiencia de hierro hace que llegue menos oxígeno a los tejidos, por lo que el cuerpo se ve privado de la energía que se necesita. Si la fatiga habitual se combina con sentirse débil, irritable o incapaz de concentrarse, el hierro podría tener algo que ver con eso.

Estás pálido

La hemoglobina le da a tu sangre su color rojo y, por lo tanto, a tu piel su tono rosado. Eso significa que los niveles bajos de proteína pueden absorber el color directamente de la piel. Si tienes una tez clara, es bastante fácil de detectar. Sin embargo, sin importar el tono de tu piel, si el interior de tus labios, tus encías y el interior de tus párpados inferiores están menos colorados de lo normal, el hierro bajo puede ser el culpable.

Te falta el aire fácilmente

No importa si respiras profundamente. Si tus niveles de oxígeno son bajos, te sentirás sin aire. Si notas que te estás quedando sin aliento haciendo cosas que normalmente manejarías bien, ya sea subir un tramo de escaleras o hacer su rutina de ejercicios habitual, la deficiencia de hierro podría ser la culpable.

Tienes síndrome de piernas inquietas

Alrededor del 15% de las personas con síndrome de piernas inquietas tienen deficiencia de hierro. Cuanto más bajos son los niveles de hierro, peores son los síntomas.

Te duele la cabeza

Un cuerpo con deficiencia de hierro prioriza llevar oxígeno al cerebro antes de preocuparse por otros tejidos, pero aun así, la cabeza recibirá menos de lo que idealmente debería. Como respuesta a esta carencia, las arterias del cerebro pueden hincharse y causar dolores de cabeza.

Excursionista con dolor de cabeza : Unsplash
Excursionista con dolor de cabeza / Unsplash

Te sientes ansioso sin motivo

Por si tu vida no fuera lo suficientemente estresante, la deficiencia de hierro puede engañarte para que te sientas aún más ansioso. La falta de oxígeno acelera el sistema nervioso simpático del cuerpo, que es como el acelerador del mismo. Además, dado que la deficiencia de hierro puede hacer que tu corazón se acelere, es fácil que te sientas como si estuvieras en modo de lucha o huida, incluso cuando tiene todas las razones para sentirse relajado.

Estás perdiendo pelo

La deficiencia de hierro puede causar pérdida de cabello. Sin embargo, no hay que asustarse si no encontramos algunos cabellos en el lavabo. La mayoría de los cueros cabelludos pierden alrededor de 100 cabellos en un día cualquiera.

Tienes una tiroides poco activa

La deficiencia de hierro ralentiza la función tiroidea del cuerpo y bloquea sus efectos estimulantes del metabolismo. Seis de cada 10 personas con una enfermedad de la tiroides no saben que la tienen, por lo que si notas niveles bajos de energía, aumento de peso o incluso una temperatura corporal más baja, conviene ir a ver al médico.

Tu lengua tiene un aspecto raro

Además de eliminar el color de la lengua, los niveles bajos de hierro pueden reducir los niveles de mioglobina, una proteína en los glóbulos rojos que respalda la salud muscular. Como resultado, muchas personas con deficiencia de hierro se quejan de una lengua dolorida, inflamada y extrañamente suave.