Son muchas las personas que se quejan de que el clima cálido y húmedo del verano a menudo desencadena en ellas ataques de migraña. ¿Significa eso que tengan que renunciar a la diversión que supone esa estación y las vacaciones que en ella se disfrutan? No, ni mucho menos. Saber por qué suceden las migrañas puede ayudarte a disfrutar más de este verano.

Qué desencadena la migraña

Se cree que los ataques de migraña se desencadenan por una combinación de factores genéticos y externos. Los factores genéticos hacen que uno sea susceptible de desarrollar este trastorno de dolor de cabeza, mientras que los factores externos influyen en su aparición.

Estos cambios en el cerebro son desencadenados por varios tipos de estímulos. Los más comunes son el estrés, las hormonas, saltarse las comidas, los cambios meteorológicos, la falta de sueño, la luz, el alcohol, el calor y ciertos alimentos.

Entre los factores que tienen que ver con el tiempo, los que más inciden son los cambios de temperatura, la alta humedad, los vientos fuertes, las tormentas, el tiempo muy seco, el resplandor del sol y los cambios de presión barométrica.

Aunque evitar algunos desencadenantes puede ayudar a reducir la frecuencia de los ataques de migraña, otros, como los cambios meteorológicos, son imposibles de controlar. Por eso es importante comprender cómo estos cambios desencadenan los ataques de migraña para que podamos entender cómo prevenir los ataques que interrumpen los planes divertidos de verano.

Joven sufriendo dolor de migraña / Unsplash
Joven sufriendo dolor de migraña / Unsplash

Por qué ocurren los ataques de migraña de verano

Si bien no hay una respuesta definitiva a esta pregunta, los científicos tienen tres teorías que pueden contribuir a este patrón común de migraña.

  • El aumento de la intensidad de la luz solar reduce los niveles de melatonina

El incremento de la intensidad de la luz solar durante la temporada de verano es lo que desencadena los ataques de migraña, especialmente en aquellos que experimentan migraña con aura.

Las personas con migraña demuestran lo que se conoce como fotosensibilidad, es decir, mayor sensibilidad a la luz. Esto puede ser el resultado de una disfunción en la parte del cerebro humano responsable de la liberación de melatonina.

La exposición a la luz suprime los niveles de melatonina más en personas con migraña que en la población general. Esto puede explicar por qué las personas con migraña son más sensibles a la luz.

  • Las fluctuaciones de la presión barométrica desencadenan ataques de migraña de verano

La presión barométrica es la presión de la atmósfera que nos rodea. Cuando se acerca una tormenta o un evento meteorológico, la presión barométrica generalmente cae. Son muchas las personas que se describen a sí mismas como un barómetro humano porque pueden saber cuándo está cambiando el tiempo basándose en el hecho de que tendrán ataques de migraña.

La mayoría de los ataques provocados por la meteorología son probablemente causados ​​por cambios en la presión barométrica, aunque también podrían estar involucrados cambios de temperatura o humedad. La clave es el cambio, ya que es durante los momentos de transición en lo referente al tiempo cuando las personas parecen estar en mayor riesgo de sufrir un ataque.

  • El calor y la humedad elevados aumentan la deshidratación

Un estudio realizado por el Centro Médico Beth Israel Deaconess de factores ambientales en más de 7.000 personas con migraña mostró que la temperatura más alta en las 24 horas previas a la visita al hospital de un paciente estaba más estrechamente asociada con síntomas de dolor de cabeza, con un riesgo un 7,5 % más alto de dolor de cabeza intenso reportado para cada aumento de temperatura de 5 grados centígrados.