Las personas que sufren de migraña saben lo que es tener un día entero fuera de juego debido a una necesidad irresistible de ponerse a salvo en una habitación a oscuras. Imagina tener varias cada mes.

Las migrañas crónicas difieren de las migrañas típicas en parte por la frecuencia con la que ocurren, pero también porque la mayoría de las personas que padecen migrañas crónicas tienen varios dolores de cabeza que no son migrañas el resto del mes.

Una descripción de migraña crónica podría ser la de un paciente que tiene dolor de cabeza más de 15 días al mes, de los cuales ocho o más tienen características migrañosas.     

Los síntomas de la migraña crónica

Quienes sufren de migrañas a menudo presentan un dolor de cabeza en su mayoría unilateral con náuseas o una combinación de sensibilidad a la luz y al sonido, que empeora con el ejercicio y es de moderado a severo.

La migraña crónica incluye diferentes síntomas entre los que se pueden distinguir el dolor de moderado a severo en un lado de la cabeza (aunque a veces ocurra en ambos lados), un dolor palpitante o pulsátil, sensibilidad a la luz, al sonido, al olfato o al tacto, náuseas, vómitos, mareo y dolor que empeora con el ejercicio.

Pero las migrañas crónicas también presentan días más habituales en los que se presenta un dolor de cabeza. Se trata de dolores de cabeza que llegan en distintas formas como un dolor constante de leve a moderado y sin palpitaciones, dolor en ambos lados de la cabeza y dolor que disminuye o desaparece con analgésicos comunes.

La luz incrementa el dolor de la migraña : Unsplash
La luz incrementa el dolor de la migraña / Unsplash

Qué causa las migrañas crónicas

La genética juega un papel importante en la posibilidad de sufrir migrañas. Si un miembro de tu familia tiene migrañas, es mucho más probable que tú las padezcas. Además, las migrañas son más comunes en mujeres y tienden a comenzar en adolescentes, aunque pueden darse a partir de cualquier edad. Por lo general, son peores a los 30 años y comienzan a disminuir a medida que pasa el tiempo.

Los factores de riesgo que hacen que las migrañas crónicas sean más probables incluyen la obesidad, el uso excesivo de medicamentos, el asma y los malos hábitos de sueño. Un médico debe examinar las condiciones de salud que tiene su paciente, porque controlar otras enfermedades puede ayudar a reducir la frecuencia de las migrañas.

Asimismo, hay ciertos aspectos que pueden desencadenar migrañas. Los desencadenantes más importantes son un cambio en el sueño, particularmente no dormir bien, un cambio en la rutina o la cantidad de alimentos que se ingieren, y un gran aumento en la actividad física en relación con la actividad habitual.

Otros desencadenantes incluyen cambios hormonales (como los que ocurren alrededor de la menstruación), beber alcohol o cafeína, las luces brillantes, los olores y sonidos fuertes, junto con determinados alimentos.

Aun así, hay que tener en cuenta que los factores desencadenantes se complementan entre sí, lo que puede dificultar su identificación. Por ejemplo, un paciente que tiene migraña después de comer arándanos puede culpar a las bayas, pero a menudo esa persona no duerme bien y ha tenido un día estresante, y después ha comido pastel de arándanos. Luego la migraña no fue provocada solo por los arándanos.

Las personas tienden a tener más desencadenantes y son más susceptibles a sus desencadenantes cuando sus migrañas no están controladas, pero hasta que se encuentre un régimen que funcione para tu caso, lo mejor es que si sabes que algo le va a provocar migraña, lo evites.