El momento de despertarnos es uno de los más importantes del día y establecer una buena rutina nos puede ayudar a afrontarlo mejor, tener más energía y orden y capacidad de concentración. En este sentido, la meditación puede ser de gran ayuda. Su práctica produce relajación y una mayor conciencia del mundo que nos rodea. Además del estrés, suele reducir los sentimientos de depresión, mejora la función inmune y ayuda a controlar el dolor entre otros aspectos.

Investigación

Según este estudio llevado a cabo en Estados Unidos, en las personas que meditan aumenta la materia gris en varias áreas del cerebro, incluida la corteza auditiva y sensorial, así como la región ínsula, una parte importante del cerebro que regula emociones básicas como el amor, la tristeza y la felicidad, experiencias sensoriales, la función vestibular y la percepción de conciencia de nosotros mismos.

Maneras

La meditación se puede llevar a cabo de diversas maneras: sentado en una silla, tumbado, de pie, paseando, escuchando música o incluso haciendo yoga. El caso es encontrar el tipo de meditación que se ajusta a las necesidades y gustos de cada persona para calmar la mente, no pensar en nada en particular (o nada más que las acciones de la meditación), permitir que el ruido de fondo se filtre y se pueda descansar de una manera más profunda.

Duración

Respecto al tiempo que se puede dedicar, es variable. Puede ser hasta una hora, aunque si se es principiante, con 15 minutos al día producen una serie de beneficios en la salud física, emocional y psicológica.  A veces, con empezar con un minuto al día es suficiente y poco a poco se va aumentando. Lo importante es crear un hábito y, poco a poco, introducir la técnica en la rutina de la persona para incorporarla a diario.

Hombre meditando al amanecer / Unsplash
Hombre meditando al amanecer / Unsplash

Los siguientes son algunos tipos de meditación que nos pueden ayudar por la mañana.

Ejercicio de atención plena

El objetivo es permanecer conscientes y presentes en el momento, en el aquí y ahora. En lugar de detenerse en el pasado o temer el futuro, la atención plena fomenta la conciencia del entorno, para lo que es necesario desprenderse de todo juicio de valor. Se puede hacer en casi cualquier lugar, observando con calma el entorno, los sonidos y los olores. Otra técnica es concentrarse en la respiración. Es beneficiosa para reducir la fijación en las emociones negativas y mejorar el enfoque 

Meditación respirando

Con el objetivo de despertar en nosotros una sensación de plenitud y amor hacia todo lo que nos rodea o las circunstancias que provocan estrés, se puede comenzar respirando profundamente. Hay que abrir la mente para cultivar esta actitud de bondad y repetir mensajes de amor y bondad muchas veces, hasta que en el practicante se despierta esa actitud en concreto. Está muy recomendada para aquellas personas que tengan un sentimiento de ira o frustración constante, o aquellas que tienen un conflicto con otras personas. 

Meditación contra el estrés

Si el estrés y la angustia acompaña desde la mañana, se puede poner en práctica la técnica del “escaneo corporal”, por la que se realiza un recorrido a través del cuerpo de una persona identificando zonas o áreas de tensión. Comienza concentrándose en una parte del cuerpo y se realiza un ejercicio de tensión y relajación de los músculos. A partir de ahí, se va por todo el cuerpo realizando la misma técnica.