El dolor es un síntoma que todas las personas experimentan a lo largo de su vida de una manera distinta según el individuo, esto es debido no sólo a que el dolor sea completamente subjetivo, sino a que son varios los factores que intervienen en la experiencia personal de este síntoma, entre ellos podemos destacar los aspectos psicológicos del dolor.

¿Qué es el dolor y por qué se produce?

Como adelantábamos el dolor es un síntoma, a diferencia de un signo, los síntomas no pueden evaluarse por ningún método externo ya que únicamente forman parte de la vivencia subjetiva de la persona.

Aún así existen ciertas escalas que permiten valorar el dolor de una persona. Este tipo de test se suele utilizar por los facultativos médicos para prescribir antiinflamatorios y analgésicos de mayor o menor potencia, según el resultado del test realizado.

El dolor se produce a consecuencia de un daño en el tejido. Este tejido puede ser el músculo (liso o esquelético), las vísceras, los nervios o la masa ósea.

El dolor se produce a consecuencia de un daño en el tejido

Las causas son numerosas y muy diversas, pueden ir desde una contracción muscular fisiológica (como es el caso de la contracción del útero en la menstruación) hasta causas más graves como sería la opresión de otros tejidos a causa de un crecimiento tumoral.

Desde una visión más global e integradora podemos definir el dolor como un medio de comunicación de nuestro organismo, esto es muy fácil de entender mediante un ejemplo sencillo: si los músculos de un corredor están inflamados y sufren alguna contractura a consecuencia de un gran esfuerzo, la vía que tiene el organismo para hacernos saber que necesita descansar es un dolor localizado en los gemelos.

Dolor
Dolor

La percepción del dolor influye en la experiencia individual

Uno de los factores psicológicos que más determina el dolor y la vivencia del mismo es el modo en que lo percibimos.

Percibir el dolor como algo que hay que tratar de forma inmediata, o bien como un aspecto negativo que debe ser suprimido mediante el uso de fármacos, aumenta nuestro malestar al experimentar este síntoma, aumentando también el grado de dolor.

En cambio, si percibimos el dolor como un mensaje de nuestro organismo, entendiendo que en  la mayoría de los casos el dolor es simplemente un aviso que invita al descanso físico o mental, la experiencia individual del dolor va a ser distinta y éste se va a ver disminuido.

Algo muy parecido sucede cuando el dolor se acompaña de un estado nervioso. Si ante el dolor experimentamos síntomas de nerviosismo, hemos de saber que este factor agrava la experiencia enormemente. Ante un caso de dolor muscular, el nerviosismo hace que liberemos ciertas sustancias que actúan contrayendo la musculatura, lo que resulta completamente contraproducente.

El ejercicio aeróbico como herramienta contra el dolor

Mucho se ha estudiado la liberación de neurotransmisores (sustancias que fluyen entre una neurona y otra) asociada a la práctica de ejercicio aeróbico. Durante la práctica de ejercicio aeróbico o de resistencia una de las sustancias que se liberan en mayor grado son las endorfinas, la actividad de las endorfinas en nuestro cuerpo permite aumentar el umbral del dolor.

El umbral del dolor es la intensidad mínima de un estímulo para provocar una sensación dolorosa, por lo tanto, aumentarlo significa adquirir una mayor resistencia frente a este síntoma, necesitando una mayor intensidad del estímulo para experimentar la sensación de dolor.