¿Quién, en mitad de una carrera, no ha sufrido alguna vez un dolor punzante en un costado del abdomen? ¿Por qué hay personas que parecen más predispuestas a padecer esta molestia llamada flato? ¿Hay deportes donde es más habitual que se produzca? Las causas del flato, que tan mal rato hace pasar durante la práctica deportiva, todavía no están demasiado claras. En este artículo se dan algunas respuestas y se indican algunos consejos que pueden ayudar a prevenir el dolor abdominal transitorio asociado a la práctica deportiva.

El flato está considerado como una molestia benigna y autolimitada sin repercusión sobre la salud. La comunidad médica describe el flato como el dolor abdominal transitorio vinculado al ejercicio (DAT) que, en ocasiones, es tan molesto que hace detener la actividad deportiva. Este dolor agudo y punzante es habitual que aparezca en la zona abdominal por debajo de las costillas. No obstante, algunos deportistas indican la misma dolencia pero centrada entre el cuello y el hombro, en el área de la clavícula. A pesar de ser frecuente en muchas personas e, incluso perjudicial para el rendimiento del deportista de élite, el flato está considerado como una molestia benigna y autolimitada.

El flato está considerado como una molestia benigna y autolimitada sin repercusión sobre la salud

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Aliviar el flato

Los médicos aseguran que el hecho de sufrir flato no parece que tenga repercusión alguna sobre la salud, si el afectado sigue con la actividad física, tanto las características como la intensidad del dolor suelen obligar a parar el ejercicio. Una vez surge, la ejecución de diferentes maniobras, como realizar una respiración abdominal, hacer estiramientos del lado doloroso o expulsar el aire con los labios fruncidos puede disminuirlo.

Un estudio de los expertos australianos DP. Morton y R. Callister, publicado en ‘International Journal of Sport Nutrition and Exercice Metabolism’, sobre el efecto de la composición de las bebidas ingeridas relacionado con el dolor abdominal transitorio también tiene sus conclusiones: con el objetivo de evitar el flato, los individuos susceptibles deberían abstenerse de consumir zumos de frutas y bebidas reconstituidas con gran contenido en carbohidratos y alta osmolaridad (bebidas hipertónicas), poco antes y durante el entrenamiento.

Una revisión de C. Ayán, de la Facultad de Ciencias de la Educación y el Deporte, de la Universidad de Vigo (Pontevedra), publicada en la ‘Revista Andaluza de Medicina del Deporte’, resume en cuatro puntos las recomendaciones para quienes son más susceptibles de sufrir flato:

  1. Modificar la pauta respiratoria una vez aparece: las inspiraciones profundas o la respiración abdominal pueden disminuir su intensidad.
  2. Movilizar el abdomen: hacer estiramientos de la zona afectada, aplicar presión con la mano o aumentar la tensión de la musculatura del área afectada mediante contracciones musculares voluntarias.
  3. Controlar la ingesta de sólidos y líquidos antes y durante el ejercicio, para poder identificar de forma más fácil los que con mayor frecuencia desencadenan un episodio.
  4. Fisioterapia en los afectados que se haya demostrado una correlación entre este dolor abdominal y una alteración postural