Después de los excesos propios de algunas épocas, o simplemente de un fin de semana, normalmente nos encontramos más cansados de la cuenta. Nos damos cuenta de que nos hemos pasado de la raya y necesitamos ‘purgarnos’. ¿Pero de verdad sirve para algo hacer dietas depurativas?
Dietas depurativas: Conociendo nuestro cuerpo
Primero tenemos que ver qué ocurre cuando comemos, bebemos o fumamos en exceso. Además de la acumulación de grasa, estos excesos poco saludables generan residuos, bien como radicales libres o bien como productos de deshecho que nuestro cuerpo debe eliminar. Pero, ¿cómo lo eliminamos? Los metabolitos se transforman en el hígado y se expulsan a través del riñón o las heces. En este sentido, es fácil de entender que si en un periodo corto de tiempo, nosotros generamos muchos productos de desecho, saturamos el hígado. Y esta saturación es la que provoca cansancio continuo, malestar, dolores…
Tras los excesos, muchos buscan dietas depurativas
Pero el hígado, a pesar de ser un órgano con una capacidad inmensa de regeneración, tiene sus límites. Y aunque consiguiésemos revertir ese desequilibrio del organismo, es solo cuestión de tiempo. En esta transformación de estas moléculas, actúan una serie de cofactores como las vitaminas B2, B3, B6, B9,B12, el magnesio y antioxidantes, vitaminas C, E, los carotenos, resveratrol… Y aquí es donde entran las famosas dietas depurativas, que en algunos casos tienen dudosa efectividad y sólo hay detrás un lucro comercial.
Dietas depurativas: Simplemente, come sano
Consulta con un especialista antes de comenzar cualquier dieta. De hecho, el mero hecho de volver a comer sano, evitará esas saturaciones en el hígado, así como enfermedades crónicas derivadas de la mala alimentación. Pero no solo después de los excesos, sino como parte de la rutina de tu vida. Por ejemplo, realizar ejercicio, también provoca radicales libres que hay que neutralizar con antioxidantes, por ejemplo. Así que, si quieres desintoxicar el organismo, será mejor que sigas estos consejos durante todo el año. Recuerda, no hay remedios caseros para ello, solo constancia y fuerza de voluntad.
- Bebe mucha agua, nos ayudara a expulsar estas sustancias del organismo.
- Incluye antioxidantes en tu dieta. Durante todo el día estamos sometidos, bien por agentes externos o bien por internos, a la producción de radicales libres y los antioxidantes nos ayudarán a combatirlos.
- Cambia el origen de tus proteínas. Intenta tomar más proteína de origen vegetal y de pescado, y menos de origen animal. Igual que, como explicamos en este artículo sobre las calorías, vigila el origen del resto de alimentos que tomas.
- Introduce muchas más verduras en tu alimentación. A ser posible poco, o nada, cocinadas. Guardan muchos más nutrientes. Y sobre todo, si no realizas ejercicio físico, es un buen momento para comenzar. El cuerpo humano no esta hecho para estar sentado o tumbado todo el tiempo. Necesita moverse, busca en los buenos profesionales quien te puede ayudar.