Muchos de vosotros estaréis comprobando en estas fechas que aun controlando vuestro entrenamiento, os encontráis más fatigados. Y es que nada tiene que ver lo bien o mucho que os hayáis esforzado a lo largo del curso, con la alergia a determinadas sustancias presentes en el medio ambiente.

La alergia puede producir rinitis (inflamación de la membrana de mucosa de la nariz causada por la alergia a las gramíneas, polen, polvo y otras sustancias que se encuentran en el aire que respiramos) o asma. Estas reducen notablemente nuestra eficiencia respiratoria. Incluso nuestro rendimiento, hasta el punto de tener que abandonar la actividad.

La alergia puede producir rinitis o asma

El tratamiento, siempre es recomendable que sea a través de un médico.

Alergia y ejercicio

Cuando realizamos ejercicio debemos mantener los orificios nasales lo más limpios posible para facilitar la entrada de oxígeno. Además, la utilización de algunos medicamentos (siempre bajo prescripción médica) puede ayudar a mejorar y abrir dichos orificios. La hidratación en este aspecto también jugara un papel fundamental.

Alergia y Deporte
Alergia y Deporte

También es importante conocer en qué horas hay una mayor concentración de polen en el aire para programar las sesiones de entrenamiento de acuerdo con esto y entrenar en las mejores condiciones posibles. Por lo que a esto respeta, la concentración es mayor en la mañana, se reduce a mediodía y se incrementa nuevamente al atardecer.

Aun así, siempre es difícil determinar en qué hora habrá una mayor concentración de polen en el aire. Por eso es recomendable mantenerse al tanto de esto cada día para así elegir la mejor hora para ejercitarse. En caso de no poder adaptarte, lo mejor es realizar las actividades en el gimnasio o en un recinto cerrado.

Hidratación

Por otro lado, no solo podremos entrenar si cuidamos la hidratación, el espacio en que nos ejercitamos y las franjas horarias. Según algunos estudios el propio ejercicio puede ayudarnos a drenar de forma natural los orificios. Así como a reducir las posibilidades de que se obstruyan por causas asociadas a la alergia.

Para finalizar, recordemos que nuestra temporada de entrenamiento se debe siempre estructurar por ciclos de mayor y menor volumen e intensidad. Siempre con el fin de evitar el nada deseado sobreentrenamiento. Y en este sentido, recomiendo ser siempre previsor.

Es decir, si sabemos que quizás en esta temporada del curso tengamos que bajar durante un tiempo la intensidad de nuestros entrenamientos, quizás los ciclos de mayor intensidad tengan que ser los previos y posteriores a estas semanas. Ya que no podrás ni deberás (por precaución) entrenar a alta intensidad.

Será pues de vital importancia para una temporada de éxito tener en cuenta los momentos en los que podrás emplearte más a fondo. Así como los momentos en los que podrás hacerlo con menos intensidad. Bien sea por viajes, mayor volumen de trabajo o, como en este caso, por una alergia o reacción exagerada a determinadas sustancias del ambiente que limitan nuestro rendimiento.