La bicicleta cada vez se utiliza más, ya sea con una función puramente deportiva y de entretenimiento o como medio de transporte. Está claro que las bicicletas forman parte de la vida de la gente, y lo seguirán haciendo. En España, pese a los intentos de ampliar las zonas de carril-bici para reducir la contaminación y garantizar mayor seguridad a los ciclistas, todavía no es algo habitual que las personas usen la bicicleta para ir y volver del trabajo, pero las cifras están creciendo poco a poco. Las ciudades a imitar en este aspecto son Copenhague (Dinamarca), Lund y Malmö (Suecia) y Utrecht (Holanda), consideradas como las que más facilidades dan a los ciclistas.

1 Mantener la bici limpia

Con la bicicleta no siempre se va por caminos lisos y asfaltados. En muchas ocasiones se pasa por zonas de tierra o barro, y la bici no vuelve a casa en el estado más agradable. Por eso, es conveniente dar un primer lavado rápido siempre al acabar la ruta, para evitar que la suciedad se incruste y sea mucho más complicado. Es difícil en ocasiones con el cansancio, pero hay que reservar algunas fuerzas para esta labor.

Con la bicicleta no siempre se va por caminos lisos y asfaltados

Cuando te dispones a hacer una limpieza en profundidad de la bicicleta, los puntos más importantes en los que debemos parar son los discos y la correa de transmisión. Para ello, debemos usar un producto específico y un papel, girando mientras los pedales para asegurarnos de que queda seco al final de la operación.

Para quitar el barro y la suciedad de la estructura de la bicicleta es interesante usar agua a presión (no muy alta) y un jabón no abrasivo, para no dañar o corroer los componentes.

Bicicleta
Bicicleta

2 Engrasar los componentes

Los componentes metálicos de una bicicleta se encuentran en constante movimiento, y si no tienen una lubricación adecuada, en el roce de unos contra otros se pueden estropear.

Hay zonas como la tija (zona que une la bicicleta con el sillín, o ciertos muelles y mecanismos que no están expuestos al exterior, que se lubrican con una periodicidad amplia. No es necesario hacerlo a diario. Además, se aconseja para estas zonas utilizar grasa sólida, pues la duración de la grasa líquida es menor.

La cadena, por ejemplo, es la parte que se debe lubricar casi después de cada uso. Siempre debe estar seca antes de añadir la grasa líquida, y si es de aceite, quitar el sobrante para evitar que se adhiera con mayor facilidad la suciedad.

3 Revisar que todo funcione

Antes de salir de viaje hay una serie de tareas que debemos llevar a cabo para asegurarnos de que nuestra bicicleta funcionará como debe. En primer lugar, asegurarnos de que el cambio funciona correctamente, no hace ruidos extraños, y por tanto será más difícil que se salga la cadena.

También la presión de las ruedas debe ser revisada recientemente. Para conocer la presión adecuada debemos mirar en el lateral del neumático donde aparece la recomendación del fabricante al respecto. Esto ayudará a evitar pinchazos.