Edamame es la palabra japonesa para referirse a las semillas de soja tiernas, todavía dentro de su vaina. Estas se recogen antes de madurar (aproximadamente al 80% de su maduración total) y se pueden preparar de varias maneras, aunque al final la más común consiste en cocerlas con sal. De hecho, si pedimos edamame en cualquier restaurante, es así como nos las servirán, ya que al final el nombre del producto se ha vuelto indistinguible de esta receta.

Un clásico de los restaurantes japoneses

Propiedades y beneficios de tomar edamame

Es una importante fuente de proteínas de origen vegetal, aportando a la vez los nueve aminoácidos esenciales para el organismo. Contiene también una gran cantidad de hidratos de carbono. Ambas cosas hacen que tenga un alto poder saciante y son parte de la respuesta a su popularidad como picoteo entre horas. La proteína de soja en este caso actúa como alternativa a la proteína animal, con menos cantidad de colesterol malo o LDL, lo que ayuda en la regulación de la presión sanguínea previniendo problemas cardiovasculares. También contiene altos niveles de fibra vegetal alimentaria. Esto repercute directamente sobre el bienestar de nuestro aparato digestivo e intestinal. Además tiene probióticos que ayudan a mantener en orden la biota de los órganos involucrados.

edamame

Preparación de edamame

Sus niveles de calcio lo hacen ideal para el cuidado de huesos, evitando la osteoporosis. También es rico en hierro, mineral rico en energía y que diversos estudios asocian con una mayor fertilidad. Además contiene fosforo, sodio, manganeso, magnesio, cobre, potasio, cinc, vitamina C, vitamina B3, vitamina B9 y vitamina K. Es un alimento con pocas calorías y grasas que no contiene azúcar ni gluten, por lo que es apto para diabéticos y celíacos.

Un factor muy importante a tener en cuenta es que se trata de un derivado de la soja rico en isoflavonas. Este componente aporta numerosos beneficios. Son ricos en antioxidantes y previenen el deterioro óseo combatiendo la artritis. Por otro lado proporcionan genisteína, que puede prevenir en la aparición de determinados tipos de cáncer por sus propiedades antitumorales. Eso sí, ni mucho menos estamos ante un producto milagroso y como siempre hay que incorporarlo en nuestra dieta de forma mesurada.

Cómo se cocina el edamame

La verdad es que hacer edamame en su receta más tradicional no tiene demasiada complicación. Lo único que hay que hacer es hervir las vainas de soja en agua con abundante sal. Aquí podemos encontrar una variante. Los hay que prefieren añadir la sal en el agua, con lo que todo el conjunto estará salado, y los que ponen sal a posteriori, una vez se han secado; de este modo hay más contraste de sabores. 

Cómo se toma el edamame: recetas más populares

Lo normal es servir el edamame cocido o al vapor, con sal, frío y como snack o aperitivo para acompañar una bebida, aunque puede encontrarse también caliente. Algunas recetas incorporan otros ingredientes para que la vaina adquiera nuevos sabores. No es raro que sea algún tipo de picante o incluso curry.

Si se aboga por su empleo en cocina más allá del simple aperitivo, son un ingrediente que puede combinar perfectamente con ensaladas, arroces, pastas o las anteriormente mencionadas posibilidades como complemento de sopas, guisos, caldos y hasta cremas. También puede emplearse como parte de una receta de poke bowl.