En plena ola de calor en julio de 2022, que ha dejado cientos de muertos y miles de golpes de calor, repasamos los beneficios de darse un baño en agua helada. Entre los deportistas era una práctica bastante habitual, pero muchas famosas están consiguiendo extender este hábito entre buena parte de sus fans: Lady Gaga, Madonna, Brie Larsson o Alyssa Milano son algunas de las celebrities que son adictas a los baños de agua helada.

El objetivo es sumergirse en agua a temperatura muy fría, por debajo de los 10 grados, durante unos segundos para lograr beneficios para el organismo.

 

No es una práctica nueva. De hecho, ya la recomendaba Hipócrates en la Antigua Grecia para aliviar la fatiga muscular y desde el siglo XVIII comenzó a prescribirse para tratar la fiebre muy alta.

Los beneficios de bañarse en agua helada

En la actualidad, atletas como el holandés Wim Hof la recomienda junto con ciertas técnicas de respiración y meditación para ayudar a reducir la ansiedad y el estrés. Los expertos han reconocido los beneficios de los baños en agua muy fría:

  • Ayudan a mejorar la circulación al promover la elasticidad de los vasos sanguíneos
  • Tiene efectos antiinflamatorios en los músculos y las articulaciones, lo que puede reducir el riesgo de lesiones y dolor
  • Favorece la vasoconstricción y reducen los espasmos musculares y el dolor

De hecho, hay investigaciones científicas que respaldan los beneficios de las inmersiones en frío. En este estudio de la Universidad de Oulu, se descubrió que las personas con fibromialgia –una afección crónica que causa dolor y sensibilidad en todo el cuerpo– experimentaron menos dolor después de nadar en agua fría durante un período de cuatro meses.

Reducir el dolor muscular y el estrés

Y esta investigación llevada a cabo por expertos de Hong Kong, se concluyó que la inmersión en agua fría después de un entrenamiento puede reducir el dolor muscular.

También se ha investigado acerca de sus efectos sobre la salud mental. Por ejemplo, en este estudio de la Universidad de Génova que se llevó a cabo entre personas de entre 19 y 88 años, se encontró que aquellos que nadaban en el océano durante el invierno tenían niveles más bajos de estrés y una mayor sensación de bienestar.

Una mujer se baña en aguas frías / Unsplash
Una mujer se baña en aguas frías / Unsplash

Otro trabajo llevado a cabo en Finlandia con nadadores de invierno se pudo comprobar que las personas que siguieron la práctica notaron disminuciones en la tensión, la fatiga, los problemas de memoria y el mal humor. Y, después de cuatro meses, los nadadores sintieron que tenían más energía y eran más activos.

Más energía, mejora de la depresión y memoria

Una de las razones por las que los científicos creen que los baños en frío pueden ser buenos para combatir el estrés, es que sumergirse en agua helada puede desencadenar una mayor concentración de norepinefrina –que aumentan la energía durante el baño– y la liberación de endorfinas –que ayudan a mejorar el estado de ánimo– al salir del agua. Estos efectos podrían incluso ayudar a mejorar la depresión, según esta revisión científica de 2020.

Para llevarlo a cabo de forma adecuada se recomienda practicar algunos ejercicios de respiración para calmar cuerpo y mente antes de la inmersión. Al entrar en el agua, también hay que concentrarse en la respiración para evitar la sensación de estrés del agua tan fría. Se puede inhalar contando hasta cuatro, mantener la inhalación durante la misma cantidad de tiempo, exhalar contando hasta cuatro y luego contener la exhalación durante la misma cantidad de tiempo. Hay que introducirse poco a poco y avanzar. Se puede empezar por unos segundos y aumentar el tiempo hasta cinco minutos.