Ayuno intermitente: el protocolo del que todo el mundo habla. ¿Se trata de la solución definitiva para perder grasa?

El ayuno intermitente (AI) no es una dieta, sino un protocolo de cómo distribuir nuestra ingesta a lo largo del día. No prohíbe comer ningún grupo de alimentos ni tampoco obliga a ingerir ninguno de ellos. Por lo tanto, es totalmente compatible con cualquier tipo de estrategia alimentaria que el sujeto adopte según sus objetivos y estilo de vida.

El AI es un protocolo que distribuye la ingesta de alimentos en una ventana reducida de horas, por lo tanto, dentro del AI según el protocolo horario que elijas tendrás un período más corto o más amplio. Por ejemplo, hacer ayuno de 16 horas, comer durante 8 ó hacer ayuno de 20 horas y comer 4, entre otros.

Ayunar con un protocolo establecido presenta beneficios para la salud

Ayuno intermitente y masa muscular

Existe la creencia de que si no comes cada 3 horas, o inmediatamente después de entrenar, ‘quemarás’ tus músculos o ganarás masa muscular. Nada más lejos de la realidad. De hecho, más de un estudio clínico amplía ese período de ‘ventana anabólica’ post-entreno de 4  a 17 horas después de finalizar la sesión. Por tanto, ¿existe es ‘modo supervivencia’  en el que tu cuerpo entra después de un período de ayuno?

Ayuno Intermitente
Ayuno Intermitente

No. Ayunar con un protocolo establecido presenta beneficios para la salud. Tu cuerpo no entra en ningún modo de supervivencia por la no ingesta de alimentos. Ni tampoco se relentiza tu metabolismo, ni tu cuerpo usa las proteínas del músculo como fuente de energía.

Desde el punto de vista evolutivo, no siempre hemos tenido un supermercado a la vuelta de la esquina para conseguir nuestro alimento. Nuestros ancestros necesitaban cazar, y no siempre tenían éxito en su misión. Por eso, nunca estaba asegurada la ingesta de comida de forma continua. Si el ser humano no hubiera sido capaz de adaptarse a ésta situación, nos habríamos extinguido.

Ayuno intermitente: lo que dicen los expertos

El Dr. John Zauner observó que el metabolismo aumentaba durante un ayuno de 36 horas. Y de la misma manera, otros estudios observan que, incluso, se ve aumentado tras uno de 48. Es decir, que había que esperar hasta las 60 horas para que se experimentase un descenso de la tasa metabólica. De la misma manera, los beneficios son más que evidentes. Siempre que sea siguiendo un protocolo controlado y ajustado a nuestras necesidades de macro y micro-nutrientes.

  • Disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares
  • Menor riesgo de padecer diabetes, alteraciones de la presión sanguínea ó triglicéridos
  • Mejora la sensibilidad a la insulina
  • Aumenta la producción de la GH (hormona de crecimiento humano)
  • Puede ayudar a promover la oxidación de las grasas
  • Equilibra las sensaciones de hambre y saciedad
  • Promueve la autofagia
  • Previene la inflamación

No esperes milagros

El ayuno intermitente no es un remedio mágico para todos los casos. Aunque nunca será perjudicial para la salud si se hace de manera controlada. Debe ser instalado en nuestra rutina de forma progresiva. Adaptándolo a nuestros horarios, estilo de vida, tipo y horario de entrenamiento. Y no. No significa saltarse comidas o dejar de comer, sino repartir los mismos micro y macro-nutrientes en un menor número de comidas. Aunque sea más fácil reducir las calorías gracias a la reducción del número de ingestas.