El exconcejal de Turismo del Ayuntamiento de Barcelona, Xavier Marsé, ha emprendido su nuevo cargo como comisionado de Cultura e Industrias Creativas con la voluntad de reorientar la tarea del Institut de Cultura de Barcelona (ICUB) con unos ejes que conforman lo que ha llamado "sistema cultural de Barcelona", y ha reconocido la necesidad de "repensar" la vinculación de los grandes festivales musicales y su efecto en la ciudad en un contexto en que crecen las protestas vecinales, y por eso se ha mostrado partidario de abrir un debate para encontrar puntos de consenso. Así lo ha manifestado en el marco de un encuentro con los medios de comunicación que ha querido ser, de alguna manera, el punto de salida del nuevo mandato, que empieza a engrasar máquinas de cara a la celebración de las fiestas de la Mercè en septiembre.

"No podemos ser una ciudad sin música", ha señalado Marsé, para añadir que el ayuntamiento "ha asumido el reto" de llegar a acuerdos, ya que las tensiones entre festivales y vecinos se han incrementado. De hecho, en los últimos años han aparecido plataformas vecinales con nombres lo bastante explícitos como Stop Concerts Fòrum, y por eso ha apuntado que "es complicado hacer festivales dentro de una ciudad". Más allá del fiasco del reciente Primavera Sound en Madrid, Marsé ha apuntado que el Festival Cruïlla se ha autolimitado a 25.000 personas, y que eso representa "una escala humana muy diferente de un festival que reúne a 100.000", y por eso se ha mostrado confiado en llegar a consensos y acuerdos tácitos que permitan armonizar la celebración de festivales con las demandas vecinales.

"Sistema cultural Barcelona"

Asimismo, y sin criticar especialmente la tarea de la anterior concejalía de Cultura, encabezada por Jordi Martí Grau (Barcelona en Comú), Marsé sí que ha valorado positivamente el trabajo hecho en materia de vincular cultura con educación y más negativamente la capacidad de desplegarse por toda la ciudad, y por eso ha resumido los ejes de su tarea al frente de Cultura e Industrias Creativas en aspectos como la "divulgación y la socialización de la cultura", con una "vertiente educativa" y con una mirada que no solo sea descentralizadora del centro hacia la periferia de la ciudad, sino que tenga en el horizonte la "construcción de un entorno metropolitano", todo ello a partir de una nueva manera de encarar los retos de la ciudad en materia cultural profundizando en la "relación público-privada en el marco de un debate público".

Entre otros aspectos mencionados por Marsé destaca la intención de no reabrir la carpeta del Hermitage en el próximo mandato, recordando, por una parte, la situación geopolítica: "El presidente del Hermitage es el señor Putin", y de la otra, el hecho de que los promotores de la sucursal barcelonesa ahora están implicados en un proyecto diferente en l'Hospitalet de Llobregat. "El Hermitage está muerto", ha señalado.